No se debe aprobar ninguna legislación penal sin prescribir también políticas de sensibilización gubernamentales y sociales, capacitación profesional y educación pública. Estas iniciativas deben coordinarse para que sean más eficaces.
Las consecuencias legales pueden disuadir de la práctica de la MGF, pero al estar la práctica tan arraigada en la cultura, la religión y las creencias individuales, se debe convencer a las comunidades en su conjunto para que eliminen la práctica y cambien su conducta social. Se debe reclutar a políticos, líderes religiosos y comunitarios, profesionales de la salud y de la abogacía, proveedores de servicios y otros individuos o grupos sociales influyentes para que participen en el cambio de las normas sociales. Deben crearse herramientas como datos sobre salud, principios de derechos humanos, interpretaciones religiosas que sean favorables a la mujer, recursos materiales y jurídicos, capacidades de alfabetización y organización. Las colaboraciones deben estar arraigadas en un enfoque de derechos humanos centrado en el empoderamiento de la mujer para que esté libre de MGF y disfrute plenamente de sus derechos y control sexual y reproductivo.
Respuesta comunitaria coordinada
- La legislación debe estipular financiación y exigir una respuesta coordinada de los organismos locales encargados de hacer cumplir la ley, los profesionales de los servicios sociales, los proveedores de servicios de salud, los líderes religiosos y comunitarios, las autoridades de inmigración y los líderes de las comunidades de inmigrantes.
- La legislación debe exigir que las comunidades locales participen en las actividades de divulgación formales e informales.
- La legislación debe exigir una respuesta comunitaria coordinada para identificar las fechas en que existen más probabilidades de que las niñas puedan ser sometidas a MGF, como vacaciones escolares o fiestas religiosas, y crear iniciativas de prevención para esos periodos. La legislación debe exigir capacitación sobre estas iniciativas de prevención para profesores y maestros, iglesias y albergues.
Proyecto de modelo de aldea sin MGF de Egipto (en inglés)
El Modelo de aldea sin MGF de Egipto (en inglés) es un ejemplo de movimiento nacional que implica a la comunidad jurídica, los medios de comunicación, los médicos, los líderes religiosos, y a grupos de jóvenes y miembros de la comunidad en una iniciativa integral para poner fin a la MGF. El proyecto, puesto en marcha en 2003 por el Consejo Nacional sobre la Infancia y la Maternidad de Egipto, tiene como objetivo empoderar a las familias a fin de que se resistan a las presiones sociales para que sus hijas se sometan a la MGF, con la meta final de que aldeas enteras declaren públicamente su oposición a la MGF. El gobierno egipcio asignó recursos de varios ministerios para dar formación y apoyo a los proveedores de atención de la salud, emitir programas y anuncios publicitarios en contra de la MGF en la radio y la televisión, comprometer a grupos técnicos en el Ministerio de Justicia en favor de enmiendas contrarias a la MGF en la legislación sobre la infancia, y publicar materiales progresistas y basados en derechos para líderes religiosos. El Consejo se asoció también con algunas ONG para poner en marcha sus campañas de promoción en 60 aldeas. Al asegurar la participación de diversas partes interesadas en el proceso, el Consejo pudo desarrollar y transmitir un mensaje poderoso y unificado en contra de la MGF. El proyecto se extendió después a 120 aldeas. La incorporación de los mensajes contrarios a la MGF produjo resultados positivos, ya que una evaluación del programa en las aldeas donde se desarrolló el proyecto mostró un cambio considerable en la percepción que la gente tenía de la universalidad de la MGF y la presión social que rodea a su práctica, su conocimiento de las consecuencias nocivas de la MGF, su capacidad para retener información sobre el carácter nocivo de la MGF, su disposición para debatir la cuestión y sus intenciones en cuanto a someter a sus hijas a la MGF. La importancia de la coordinación entre diversos sectores de la sociedad quedó confirmada por el hallazgo de que, aunque las mujeres de las aldeas no incluidas en el proyecto eran expuestas también a mensajes de televisión contrarios a la MGF, era menos probable que reevaluasen la necesidad de la MGF que las mujeres que residían en las aldeas del proyecto, que estaban expuestas a una campaña mucho más amplia. El informe completo de la evaluación está disponible en el sitio web del PNUD (en inglés).
Kenya – Iniciativa Tsauro Ntomonik (TNI)
Un ejemplo de colaboración eficaz entre organismos de cumplimiento de la ley, organismos de protección de la infancia y una ONG es la asociación entre la Iniciativa Tasaru Ntomonok (TNI), organización de base comunitaria de Narok, Kenya, y el Departamento de Bienestar de la Infancia, la policía y el Departamento de Justicia. TNI desarrolló programas de educación y divulgación comunitaria concebidos para educar a las niñas sobre sus derechos y sobre la MGF y otros abusos contra sus derechos. TNI abrió después un albergue para niñas que huyen de la MGF y otros abusos. Cuando una niña llega a un albergue, TNI lo notifica al Departamento de Bienestar de la Infancia, que hace una investigación para proteger a la niña y comienza una intervención con la familia. Las niñas pueden ser reconciliadas con sus familias y devueltas a ellas si los progenitores renuncian a su intento de que se practique la MGF a su hija. Sin embargo, muchos casos llegan hasta el tribunal de menores para poder obtener órdenes de protección especiales. Las niñas cuyos progenitores insisten en la MGF permanecen en el albergue. La policía y el juez de distrito reconocen que, sin esta colaboración con TNI sería difícil, proteger a las niñas que corren riesgo de sufrir MGF. Véase: Taller regional de Nairobi, págs. 25-28.
Kenya – Proyecto FRONTERAS - Enfoque de orientación religiosa para abordar la mutilación genital femenina / ablación entre la comunidad somalí de Wajir, Kenya (en inglés):
El proyecto FRONTERAS del Consejo de Población desarrolló un enfoque de orientación religiosa para comprometer y educar a la comunidad somalí residente en Kenya sobre los efectos nocivos de la MGF, después de que una investigación realizada en algunas zonas de Kenya revelase que la MGF en esas regiones estaba firmemente vinculada a creencias religiosas, en particular a las exigencias islámicas de recato y castidad. La estrategia se diseñó para alentar un análisis crítico de las justificaciones religiosas de la MGF y generar consenso entre los líderes religiosos acerca de la postura del islam en relación con la MGF. Este enfoque reconocía que las justificaciones religiosas eran el motivador más poderoso para quienes practicaban la MGF, y tenían más peso que todas las pruebas de los perjuicios causados por la MGF, por lo que la participación de los ulemas se consideró necesaria debido a su capacidad para influir en la opinión pública. El proyecto reunió a ulemas de diferentes regiones de Kenya para que mantuvieran debates en grupos reducidos. Se organizaron actos de formación para presentar la MGF como práctica que no concuerda con los principios islámicos. Entre los miembros de la comunidad a los que se llegó a través de estas actividades figuraban asistentes de partería tradicionales, maestros y agentes de policía. Mediante estos grupos de debate y actos de formación, el proyecto pudo lograr cambios en las opiniones de la comunidad acerca de la relación entre la MGF y el islam, y muchos individuos y ulemas declararon públicamente su oposición a esta práctica.