En general, solo se pueden recopilar datos sobre la VG en contextos de conflicto en un momento determinado; por ejemplo, recopilando datos mediante encuestas transversales. Este hecho hace que sea difícil determinar si la violencia fue provocada por el conflicto o si la violencia llevó a resultados negativos como una mala salud física o mental. Cada persona recuerda los acontecimientos de una forma, por lo que se deben tener muy en cuenta los problemas de temporalidad. Para entender mejor la cronología de los acontecimientos, algunas encuestas transversales pregunta sobre la violencia que sucedió durante periodos de tiempo concretos para entender la cronología de los incidentes de VG. Por ejemplo, considere hacer preguntas sobre incidentes que ocurrieron antes, durante y después del conflicto y sobre los cambios que se produjeron cuando se desató el conflicto. Normalmente, las encuestas transversales también preguntan sobre experiencias de violencia vividas durante toda la vida y sobre la violencia sufrida en los últimos 12 meses, aparte de la violencia sufrida durante etapas concretas del conflicto. Otro enfoque que les permite a los investigadores situar un incidente en el tiempo y el espacio es preguntarle a las encuestadas qué edad tenían cuando se produjo un caso o incidente de VCMN (p. ej., el estallido de un conflicto) y dónde se encontraban.[1]
Se pueden tomar diferentes enfoques al recopilar información detallada sobre cada suceso de violencia sufrido por una encuestada. Estos enfoques pueden ayudar a reconciliar los problemas de temporalidad. Se pueden hacer preguntas mediante entrevistas sin estructura o semiestructuradas con entrevistadores con una extensa formación o mediante indicadores visuales, como calendarios o líneas temporales que ayuden a expresar una serie de acontecimientos.[2]
Por ejemplo, una encuesta realizada en campos de refugiados ruandeses con la herramienta de evaluación de la VG del Inter-Agency Working Group (IAWG) pregunta específicamente sobre la violencia que tuvo lugar antes y después de llegar al campo (Wako, 2015). Otra iniciativa para evaluar la temporalidad consistió en usar calendarios detallados de la comunidad para ayudarles a los individuos a recordar el momento exacto de los incidentes de violencia basándose en acontecimientos de la comunidad difíciles de olvidar (p. ej., la elección de un jefe, sequías o desastres naturales, etc.). Por ejemplo, Ager et al. (2010) utilizó grupos focales semiestructurados para elaborar líneas temporales locales con acontecimientos importantes relacionados con la agricultura, ceremonias, política y difíciles de olvidar (según la mayoría de los miembros del grupo focal) antes de llevar a cabo entrevistas individuales con las niñas afectadas por el conflicto, que luego usaron las líneas temporales para ayudarles a hablar sobre los momentos de los acontecimientos negativos y su reintegración en la comunidad en la Sierra Leona del posconflicto. De forma similar, Rowley (2010) desarrolló calendarios comunitarios de acontecimientos regionales históricos y militares, además de acontecimientos del propio lugar (como la apertura de escuelas) para ayudar a recordar los incidentes violentos durante la investigación.