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Comprensión de lo que funciona para prevenir y responder ante la VCMN

Última editado: December 20, 2019

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Se han realizado pocas evaluaciones rigurosas sobre lo que funciona para prevenir y responder ante la VCMN. Las evaluaciones que existen suelen realizarse en contextos de posconflicto o conflicto prolongado, en lugar de examinar la efectividad de las intervenciones durante el propio conflicto. Destacan algunos vacíos en particular:

 

  • Revisiones más rigurosas de los programas de respuesta contra la VCMN para identificar las prácticas idóneas y reducir las barreras que impiden a las víctimas el acceso a los programas existentes de prestación de servicios.  

 

Los programas de prestación de servicios en contextos de conflicto y posconflicto deberían adoptar un enfoque integrado en la gestión de los casos, el apoyo psicosocial a las víctimas y la identificación de vías de referencia en servicios sanitarios, de protección y legales/jurídicos, según lo solicite la propia víctima. Este enfoque en el que se crea un entorno de apoyo donde la víctima tiene el derecho (adecuado a su edad y circunstancias) de elegir a qué servicios quiere acceder se suele conocer como «enfoque centrado en la víctima» (Directrices interinstitucionales para la gestión de casos de violencia de género en entornos humanitarios, 2017).

 

La mayoría de los estudios sobre los programas de prestación de servicios en contexto de posconflicto se centran en los resultados de la salud reproductiva y la efectividad de los servicios de apoyo psicosocial, pero la aceptación de estos servicios varía según el enfoque y el contexto. La prestación de servicios de apoyo legal ofrece resultados dispares y algunas iniciativas retraumatizan a las víctimas. Es más, existe un conocimiento limitado sobre la eficacia de los programas de prestación de servicios en la prevención de nuevos incidentes de VCMN que reducen la impunidad del responsable.

 

Es necesario realizar esfuerzos adicionales para entender con claridad qué enfoques de prestación de servicios ofrecen los mejores resultados para las víctimas y cómo reducir las barreras de acceso a los servicios existentes. Se debe prestar especial atención a la interseccionalidad para comprender las necesidades y barreras particulares a las que se enfrentan las mujeres y niñas de varias identidades (p. ej., adolescentes, LBGTI, ancianas, etc.). Además, es necesario realizar investigaciones para entender cómo y cuándo se puede conseguir la localización de estos servicios y para saber si la localización de los mismos afecta a su sostenibilidad.  Se necesitan más pruebas para comprender el uso de los servicios de apoyo, la eficacia de los sistemas de gestión de casos, las prácticas idóneas en la prestación de servicios de apoyo jurídico para evitar la retraumatización y los enfoques centrados en las adolescentes. Hacen falta revisiones más rigurosas de los programas de prestación de servicios para identificar y evaluar mejor las prácticas idóneas.

Figura 1: Planificación multisectorial para víctimas

 

 

  • Mayor compresión de la forma en que el empoderamiento económico y los programas de transferencias en efectivo impactan la prevención y respuesta ante la VCMN.  

 

Algunos programas en contextos de posconflicto buscan tratar la VCMN mediante actividades de empoderamiento económico, como el desarrollo de habilidades empresariales, intervenciones de subsistencia, formación profesional y enfoques sobre los ahorros y los préstamos en las aldeas. Algunos programas evaluados de forma más rigurosa, como el programa EA$E del IRC, indican que complementar intervenciones de subsistencia con habilidades de comunicación y mitigación de conflictos tiene el potencial de reducir notablemente los incidentes de VCMN (Holmes y Bhuvanendra, 2014). Sin embargo, hacen falta más investigaciones para medir la eficacia de los programas de empoderamiento económico en la reducción de la VCMN en contextos de conflicto y posconflicto.

 

Se necesitan más investigaciones sobre la mejor forma de integrar los programas dirigidos a las habilidades en las relaciones o la creación de una transformación de género para reducir el daño y mejorar los resultados de la protección a mujeres y niñas que reciben transferencias en efectivo. Un reciente estudio sobre transferencias en efectivo en la Gobernación de Al-Raqa, Siria, es el primer estudio de métodos mixtos que explora el impacto de los programas de transferencias en efectivo sobre la VCMN en un contexto de conflicto intenso. Descubrió que, a pesar de que las receptoras de las transferencias en efectivo podían cumplir mejor sus necesidades básicas y notificaron menos estrategias negativas de superación, se produjeron aumentos en la notificación de VP entre las participantes del programa (Falb et al., 2019).

 

 

  • Evaluaciones de intervenciones con componentes múltiples y basadas en la comunidad, entre las que se incluyen enfoques que desafían las normas patriarcales de género en contextos de conflicto, para entender el impacto sobre la VCMN y consolidar las prácticas idóneas. 

 

Las intervenciones con componentes múltiples y basadas en la comunidad son intervenciones multinivel que utilizan un enfoque integrado que incluye una mezcla de servicios de respuesta para víctimas y actividades de prevención de VCMN. Aunque las intervenciones con componentes múltiples y basadas en la comunidad son comunes en contextos de conflicto y posconflicto, su diseño complejo y su enfoque basado en la comunidad han dado como resultado un número limitado de evaluaciones. A pesar de los retos que plantea el uso de una metodología rigurosa, se dan oportunidades para usar diseños de evaluación complejos en contextos como las crisis prolongadas. En dichos contextos, las intervenciones de componentes múltiples basadas en la comunidad pueden y deben evaluarse usando una metodología lo más rigurosa posible (p. ej., cuando sea posible, deberían realizarse ensayos controlados aleatorizados o evaluaciones cuasi experimentales tanto con intervenciones como con grupos de comparación).

 

 
  • Documentación de estrategias eficaces que ayuden a prevenir y mejorar las respuestas ante la violencia contra las adolescentes.  

 

Es necesario realizar más iniciativas de respuesta y prevención ante la VCMN para incluir a las adolescentes. Las niñas en este grupo de edad se enfrentan a unas inmensas barreras sociales que les impiden conseguir una vida segura, saludable y autosuficiente. La adolescencia ya es de por sí una época muy complicada y crítica, y las niñas son más susceptibles a la violencia, explotación y abuso durante las crisis de conflicto y posconflicto. Muchas niñas se enfrentan a estigmas adicionales al acceder a servicios sanitarios esenciales debido a su edad. Por tanto, los servicios deberían ser más adaptables a las necesidades juveniles centrándose más en la privacidad y confidencialidad (siendo conscientes de las leyes de notificación obligatoria que deben seguirse en los contextos en que existan) y encontrando fuentes fiables para transmitir la información y disipar la desinformación. Aunque cada vez existe un volumen de pruebas mayor sobre la prevalencia de la violencia física y sexual contra niñas, sigue habiendo un vacío de pruebas rigurosas sobre las estrategias eficaces para prevenir y mitigar los riesgos de la VCMN y proteger a las niñas en contextos de conflicto y posconflicto (Murphy et al., 2019)