Introducción

Última editado: January 26, 2011

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Las prácticas nocivas están enraizadas en cuestiones relativas a los roles de género, la condición de la mujer y su propia identidad personal. Si bien las leyes son un medio fundamental para eliminar las prácticas nocivas, para ponerles fin es necesario que se produzcan cambios más profundos en las normas sociales, las creencias individuales y en cuestiones de desigualdad por motivos de género que están firmemente arraigadas. La legislación debe “reconocer que todas las formas de violencia contra las mujeres, incluidas todas las prácticas nocivas, son una forma de discriminación, una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre hombres y mujeres, y una violación de los derechos humanos de las mujeres”. Buenas prácticas en legislación sobre “prácticas nocivas” contra la mujer (en inglés), pág. 11 (énfasis añadido).

En ese sentido, la legislación y las medidas gubernamentales deben adoptar múltiples formas e involucrar a diversos grupos, incluidos líderes religiosos y de los ámbitos cultural, educativo, jurídico y de los servicios de salud, a fin de lograr un verdadero cambio y poner fin a las prácticas nocivas. “Si bien el usode medidas jurídicas debe analizarse detenidamente y utilizarse conjuntamente con otras iniciativas educativas, las leyes pueden ser una valiosa herramienta para el cambio y dar a ONG y particulares una mayor capacidad de influencia para convencer a las comunidades de que abandonen la práctica”. Female Genital Mutilation: A Guide to Laws and Policies Worldwide (en inglés), pág. 13.

Los Estados deben actuar de inmediato, mediante la adopción de leyes y políticas, para cumplir con su obligación de proteger a las niñas y las jóvenes frente a la violencia en general y las prácticas nocivas en particular, cometidas por agentes estatales y entidades privadas o personas a título individual. Deben crear instituciones y organismos con competencias y capacidad para responder a las necesidades de las menores que sufren los efectos de las prácticas nocivas y para impedir que vuelvan a darse estas práctica . Véase: Basta de excusas (en inglés), pág. 28.