La legislación debe establecer la participación de los empleados y sus representantes en el proceso de elaboración de políticas sobre acoso sexual. Las leyes de Filipinas y Suecia, por ejemplo, exigen este tipo de participación.
- En Filipinas, los empleadores deben:
Promulgar normas y reglamentos adecuados, aprobados en consulta y conjuntamente con los empleados, estudiantes o pasantes a través de sus representantes debidamente designados, que establezcan el procedimiento para la investigación de casos de acoso sexual y las consiguientes sanciones administrativas.
(Véase: Ley de la República Núm. 7877 (en inglés), art. 4(a))
- En Suecia, la legislación antidiscriminación que entró en vigor en 2009 ordena que:
Empleadores y personal deben colaborar en la adopción de medidas activas conducentes a la igualdad de derechos y oportunidades en la vida laboral al margen del sexo, el origen étnico, la religión u otras creencias, y en particular a combatir la discriminación en la vida laboral por esas razones.(Véase: Ley contra la Discriminación (en inglés), cap. 3, art.1)
CASO DE ESTUDIO – Acoso sexual en las zonas francas de exportación
Las zonas francas de exportación son centros industriales especiales establecidos en numerosos países en desarrollo. La mayoría se encuentra en China, y el resto está diseminado por Centroamérica, el Caribe, el África subsahariana y el sureste de Asia. Las zonas francas de exportación están regidas por normas especiales, que pretenden atraer las inversiones extranjeras y que con frecuencia burlan la legislación laboral nacional y prohíben la participación de los sindicatos en las negociaciones y la supervisión. La inmensa mayoría de los trabajadores de las zonas francas de exportación son mujeres, porque a menudo están menos cualificadas y se les puede pagar menos a fin de maximizar los beneficios. En Honduras y Jamaica, por ejemplo, el 90 por ciento de los trabajadores de las zonas francas de exportación son mujeres. Véase: Rosselson, Ruth, ¿Qué son las zonas francas de exportación? (en inglés), Ethical Consumer, número 106, 2007. En zonas francas de exportación de todo el mundo se ha documentado la explotación sexual de mujeres y niñas trabajadoras. En las zonas francas de exportación de Kenya, por ejemplo, la explotación sexual se ha documentado ampliamente, y normalmente adopta la forma de acuerdos de intercambio de sexo por trabajo. En un estudio sobre trabajadoras de zonas francas de exportación en Kenya, el 90 por ciento aseguró haber sufrido algún tipo de acoso sexual, del que a menudo son responsables supervisores de nivel medio encargados de contratar a los trabajadores, aunque los abusos contra las mujeres son igualmente de carácter sistemático. Véase: Kenya: Sexo por empleo en las zonas francas de exportación (en inglés), IRIN News, 24 de noviembre de 2008. La discriminación de las trabajadoras que se quedan embarazadas es también una práctica habitual en las zonas francas de exportación. Un ejemplo es el de México, en donde los empleadores exigen a las mujeres que se hagan una prueba de embarazo. Muchas trabajadoras embarazadas son despedidas de inmediato, mientras que a otras se les concede un permiso pero nunca se les permite volver al trabajo. Véase: Zonas francas de exportación: explotación máxima para un desarrollo mínimo, Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL). A menudo se prohíbe la participación de los sindicatos en las zonas francas. En Filipinas, sin embargo, la sindicalización de la fábrica de la empresa Mitsumi en la zona franca de exportación supuso una considerable diferencia para las mujeres. Según los informes, no sólo mejoraron las condiciones laborales en la planta con respecto a otras empresas de la zona franca, sino que, en un caso de acoso sexual que se registró en la fábrica, el sindicato se dirigió al órgano de gestión y pidió que se sancionase al directivo. Según el sindicato, la empresa siguió su recomendación y, desde ese momento, apenas se ha tenido noticia de nuevos casos de acoso sexual en la fábrica. Véase: En primer plano: entrevista con Josephine de Jesus, Voces sindicales, 2005.