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Principios

Última editado: July 03, 2013

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  • Es necesario que todos los actores reflexionen detenidamente antes de decidir si incluir o no a los niños en las actividades de reunión de información. Debe haber una buena razón para iniciar actividades de reunión de información, dada la vulnerabilidad de los niños. Es mayor el riesgo de dañar a un niño que a un adulto, especialmente justo al principio de una situación de emergencia. Las actividades iniciales de reunión de información que implican a niños y adolescentes requieren de una justificación extremadamente clara. Se puede evaluar de acuerdo con los criterios siguientes, que además tienen que respetarse a lo largo de todo el procedimiento de reunión de información:
    • Hemos determinado que los beneficios de reunión de información son mayores que los riesgos.
    • Hemos desplegado los recursos humanos y financieros suficientes para reunir la información de un modo ético.
    • Sabemos que la información necesaria no se puede reunir de otro modo. En otras palabras, no está en evaluaciones anteriores y no se puede reunir con precisión mediante informadores de mayor edad (adultos).
    • Podemos aplicar procedimientos específicos para garantizar el apoyo a los niños y su seguridad a lo largo del procedimiento de entrevista (p. ej., los criterios sobre dónde celebrar la entrevista, qué edades son apropiadas para una entrevistas, qué preguntas son adecuadas, etc.).
    • Podemos garantizar los servicios básicos de apoyo y cuidado si se constata que un niño está necesitado de ayuda.
    • Hemos reflexionado sobre las consecuencias adversas y hemos aplicado las medidas de protección suficientes. Hemos consultado a los miembros de la comunidad y a los padres, tutores o cuidadores para prevenir cualquier posible consecuencia para los niños que participan en el procedimiento de reunión de información.
    • Hemos investigado activamente sobre las preocupaciones de la comunidad y las partes interesadas y hemos pedido permiso a los líderes de la comunidad para entrevistar a los miembros de esta sobre cuestiones relativas a la protección de los niños (fuente: GBV Emergency Response and Preparedness Participant Handbook, Comité Internacional de Rescate).
  • Las evaluaciones sobre la violencia contra las mujeres y las niñas generan un conjunto único de retos a considerar y abordar antes del inicio de cualquier reunión de datos y de acuerdo con unos estándares éticos y de seguridad. Estos incluyen:
    • Identificar servicios locales para sobrevivientes que sean seguros y accesibles antes de efectuar la evaluación, de modo que los participantes en la evaluación que necesiten de asistencia médica, asistencia psicosocial o protección inmediatas puedan disfrutar de remisiones seguras y activas.
    • En estrecha colaboración con actores locales del ámbito de la violencia contra las mujeres y las niñas, adaptar las plantillas de evaluación o las herramientas genéricas al contexto local, al tiempo que se garantiza el cumplimiento de los estándares internacionales de la investigación en materia de violencia contra las mujeres y las niñas. La información recogida antes de la evaluación a través de socios, archivos de proyectos, personal de otro tipo y fuentes públicas de información puede ayudar a contextualizar las herramientas de evaluación.
    • Obtener los permisos pertinentes y respetar todos los protocolos en la reunión de información en comunidades afectadas por una situación de emergencia. Ello puede incluir reunirse con autoridades locales o gubernamentales, la dirección de un campamento y/o los líderes de grupos temáticos (incluidos los del Grupo temático sobre protección y el Subgrupo temático sobre violencia por motivos de género) para recibir su permiso.
    • Proporcionar al equipo de reunión de datos la formación y el apoyo continuado oportunos y suficientes. Ello incluye informarles de los protocolos de seguridad correspondientes. Los entornos en que operan las organizaciones pueden ser volátiles y la presencia de actores armados puede incrementar la probabilidad de enfrentamientos esporádicos. Si se da el caso, los miembros del personal deben saber cómo reaccionar y protegerse a sí mismos y a los entrevistados. La prioridad debería consistir siempre en garantizar la seguridad y el bienestar de los entrevistadores y los entrevistados.
    • El personal que realice evaluaciones debería identificarse correctamente en los contextos en que efectúa sus investigaciones; las comunidades y los entrevistados deberían tener claro quiénes son los investigadores, con quién trabajan y cuál es el objeto de su investigación, de modo que los potenciales entrevistados puedan tomar una decisión informada sobre su consentimiento para participar.
    • Obtener el consentimiento informado de todo el que proporcione información y garantizar que los entrevistados sepan que: no tienen obligación alguna de desvelar información personal ni de participar en grupos de discusión o entrevistas; que toda la información recogida será anónima; y que los nombres de todos los participantes serán confidenciales en todo momento.
    • Crear un clima de confianza e igualdad con las mujeres y las niñas de la comunidad en cuestión y promover un entorno seguro y protector.
    • Se deben instalar medidas de seguridad adicionales si hay niñas (es decir, menores de 18 años de edad) sujetas de la recolección de información (adaptado o extraído del Comité Internacional de Rescate, 2012, y la OMS, 2007), y consultar con los actores del ámbito de la protección infantil para determinar el rango de edad más apropiado en cada contexto.
  • Las evaluaciones y los equipos de evaluación no deben perpetuar el estigma asociando activa y visiblemente la violencia de género con los individuos o grupos con los que se reúnan. Todos los miembros del equipo de evaluación deben ser totalmente conscientes de por qué vías la evaluación puede incrementar la violencia contra las mujeres y las niñas, y no debe dirigirse específicamente a las sobrevivientes a la hora de reunir información sobre los miembros de la comunidad.
    • En muchas situaciones de emergencia es posible que se omitan las consideraciones éticas y de seguridad a la hora de realizar evaluaciones, especialmente en el caso de organismos o actores poco familiarizados con la programación en materia de violencia de género. Esta incoherencia a menudo pone en riesgo a las mujeres, las niñas y el personal que trabaja en la violencia de género; la necesidad de reunir y analizar información nunca debería pasar por delante de la seguridad y la protección de las mujeres y las niñas (fuente: GBV Emergency Response and Preparedness Participant Handbook, Comité Internacional de Rescate).
    • Las recomendaciones de la OMS son el punto de partida de una evaluación que incluye componentes de violencia de género, especialmente para aquellas realizadas como parte de una respuesta inicial de emergencia. Son las siguientes:

 

Las ocho recomendaciones de seguridad y éticas que se abordan son:

1. Los beneficios para los encuestados o comunidades respecto a la documentación de violencia sexual deben ser mayores que los riesgos para los encuestados y las comunidades.

2. La recolección de información y documentación debe ser realizada de un modo que presente el menor riesgo a los encuestados, sea metodológicamente sólido y sume a la experiencia actual y buena práctica.

3. La atención básica y apoyo a las sobrevivientes/víctimas debe estar disponible localmente antes de comenzar cualquier actividad que involucre a personas que revelen información sobre experiencias de violencia sexual.

4. La seguridad de todas aquellas personas que participan en la recolección de información sobre violencia sexual es una preocupación fundamental y en especial en situaciones de emergencia debe ser monitoreada de forma continua.

5. La confidencialidad de las personas que proporcionan la información sobre violencia sexual debe ser protegida en todo momento.

6. Cualquier persona que proporcione información sobre violencia sexual debe otorgar un consentimiento informado antes de participar en la actividad de recolección de datos.

7. Todos los miembros del equipo de recolección de datos deben ser seleccionados cuidadosamente y recibir la capacitación especializada pertinente y suficiente y respaldo permanente.

8. Se deben instalar medidas de seguridad adicionales si hay niñas (es decir, menores de 18 años de edad) sujetas de la recolección de información.

Fuente: OMS, 2007. Ethical and safety recommendations for researching, documenting and monitoring sexual violence in emergencies. Ginebra, Organización Mundial de la Salud, p. 9.

 

Qué hacer y no hacer al reunir datos, analizar e informar sobre violencia sexual

A. GENERAL

  • Pida consejo a expertos en datos para acordar qué información reunir, intercambiar y comunicar y cómo hacerlo con seguridad y ética.
  • Verifique la información siempre que sea posible. Obtenga datos de al menos tres fuentes distintas e investigue siempre sobre la metodología empleada para reunir los datos.

B. ANÁLISIS DE DATOS

  • Analice si los datos coinciden con otra información recogida sobre el terreno y reflexione sobre el modo en que los factores conceptuales influyen en la calidad de los datos.
  • Evalúe la calidad de los datos. ¿Los datos se han reunido y analizado de un modo metodológicamente sólido? ¿Se pueden generalizar a una población más amplia? Si es el caso, ¿a qué población?

C. INFORMES

  • Tenga presente a quién van dirigidos y su posible uso. Si los datos se comparten con medios de comunicación, donantes o políticos, asegúrese de que se ofrece orientación para la interpretación de los datos. Unas notas de resumen podrían ser de ayuda.
  • Ponga en contexto los datos mostrados. Si conoce los campamentos, clínicas o distritos de los que proceden los casos, informe sobre ello, siempre que sea seguro hacerlo. Sea concreto: por ejemplo, “casos denunciados entre un número X de instalaciones sanitarias”.
  • Presente una descripción exhaustiva del incidente, en la medida que no se pueda relacionar con un sobreviviente determinado (cuando sea seguro hacerlo, deberían especificarse la fecha y el lugar precisos, información sobre las víctimas y los culpables, origen étnico, edad y sexo).
  • Proporcione información adicional que podría haber contribuido a cambios en el número de casos denunciados. Por ejemplo, más servicios disponibles, campañas de información públicas o un incremento en los ataques violentos. Cuando sea posible, se debe reunir información sobre cuándo ocurrieron los incidentes y se debe presentar la información junto a las cifras agregadas.
  • Etiquete todas las tablas, gráficas y mapas adecuadamente para evitar que se saquen de contexto, y especificar claramente las fuentes de todos los datos citados.

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  • No difunda datos que se puedan relacionar con una persona o un grupo de personas en concreto.
  • No dé por buena cualquier información: evalúe las fuentes originales, incluida su calidad y fiabilidad.
  • No dé por supuesto que los datos comunicados sobre violencia sexual o las tendencias en las denuncias representan las prevalencias y tendencias reales sobre la incidencia de la violencia sexual.

Iniciativa de las Naciones Unidas, 2008. Reporting and Interpreting Data on Sexual Violence From Conflict-Affected Countries – Do’s and Don’ts.