Enfoque basado en los derechos

• La respuesta a situaciones de emergencia a menudo se limita a atender las necesidades prácticas a corto plazo, mediante la prestación de servicios. Dichos servicios, no por menos importantes, no siempre están adaptados al marco que protege y promueve los derechos de los beneficiarios, al contrario de lo que hace el enfoque basado en los derechos. El enfoque basado en los derechos reviste suma importancia en el trabajo sobre violencia contra las mujeres y las niñas, que sólo es posible combatir ahondando en sus causas subyacentes y en los derechos básicos de igualdad de género.

• Tal y como muestra la tabla a continuación, el enfoque basado en los derechos considera a los beneficiarios ‘sujetos de derecho’, crea oportunidades para que estos hagan oír su voz y les permite participar activamente en la reconstrucción y el desarrollo, en lugar de ofrecerles apoyo o servicios para atender supuestas necesidades básicas e impedirles decidir sobre las acciones que se toman.

• El enfoque basado en los derechos humanos:
  • Incorpora las normas, los estándares y los principios del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario en los planes, las políticas, los servicios y los procesos de intervención humanitaria y desarrollo referentes a la violencia contra la mujer.
  • Es multisectorial y amplio.
  • Incluye a muchos actores y partes interesadas (estatales y no estatales).
  • Debe aplicarse en el marco de las normas y de los valores políticos, jurídicos, sociales y culturales vigentes en un país o una comunidad.

• Asimismo, el enfoque basado en los derechos trata de empoderar a las mujeres y las niñas. El ‘empoderamiento’ implica que las mujeres están preparadas para hacer frente a la adversidad. En eso deben basarse los enfoques. Los programas de empoderamiento suponen desarrollar las herramientas y los recursos individuales y comunitarios necesarios para fomentar la capacidad de las mujeres y las niñas a tomar decisiones que afectan a su bienestar social y físico. Entre estas decisiones están las relativas a su salud sexual, sus medios de vida, su educación continua así como el uso y el control de los recursos sociales y económicos. Para ello, es necesario que los hombres y las comunidades en su conjunto cooperen en los programas a fin de crear un entorno en el que las mujeres y las niñas puedan adoptar decisiones con total seguridad. También requiere fomentar la capacidad de las comunidades para identificar y transformar el contexto estructural que hace que la violencia contra las mujeres y las niñas siga existiendo. Esto supone comprometerse a largo plazo, desde el inicio de una situación de emergencia hasta el momento en que las mujeres y las niñas puedan gozar plenamente de la paz y del desarrollo. Estos son algunos ejemplos de lo que debe incluir un programa de empoderamiento: garantizar el acceso a la información en los primeros días de la emergencia,; apoyar a las mujeres en la elección del método anticonceptivo que desean utilizar; trabajar con los hombres a través de las Asociaciones Rurales de Ahorro y Préstamo para aumentar el poder de decisión de la mujer en el hogar y reducir la violencia; y ampliar el entorno en el que las mujeres pueden moverse con total seguridad (fuente: Preguntas frecuentes del Comité Internacional de Rescate, 2011).

• Al promover la participación y la inclusión, la adopción de un enfoque basado en los derechos para hacer frente a la violencia contra las mujeres y las niñas en situaciones de conflicto y posteriores a los conflictos puede contribuir a una mayor responsabilidad por parte de todos los trabajadores humanitarios, incluidas las Naciones Unidas y los gobiernos. Esto, a su vez, hace que la respuesta a la emergencia sea más sensible a la cultura y menos discriminatoria. Al descifrar los factores sociales que influyen en las decisiones adoptadas durante los conflictos, al reconocer y analizar activamente los nuevos roles y las vulnerabilidades de las mujeres y los hombres, el enfoque basado en los derechos puede mitigar los efectos negativos de una crisis, tanto a corto como a largo plazo (UNFPA y Escuela de Salud Pública de Harvard, 2010).

• Los mecanismos para ayudar a los ‘sujetos de derecho’ a reivindicar sus derechos incluyen:
  • Sensibilizar/concienciar a los titulares y garantes de derechos
  • Llevar a cabo acciones de promoción destinadas a los garantes de derechos
  • Fomentar la participación y el empoderamiento de los sujetos de derecho
  • Velar por el cumplimiento de la legislación nacional y garantizar mecanismos de supervisión legislativa
  • Obligar a presentar informes a los mecanismos de supervisión de las Naciones Unidas (informes descriptivos/datos)
  • Presentar informes paralelos de la sociedad civil (por ejemplo, sobre la CEDAW) (extracto de UNFPA, Guía del programa del curso de coordinación en violencia por motivos de género, p. 81)

Herramienta:

El UNFPA y la Escuela de Salud Pública de Harvard, 2005, A Human Rights based Approach to Programming: Practical Information and Training Materials. Este manual ofrece una orientación paso a paso de cómo aplicar un enfoque de programación basado en los derechos humanos, que tenga en cuenta la cultura y las cuestiones de género en las tres esferas de trabajo básicas del UNFPA: la población y el desarrollo, la salud reproductiva y el género. Además, explica cómo aplicar un enfoque de este tipo en el contexto de una emergencia humanitaria. El documento PDF incluye un manual para facilitadores. 

Recursos adicionales

Para más información sobre cómo integrar un enfoque basado en los derechos para abordar y prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas, véase:

• Amnistía Internacional, 2005, Making Rights a Reality: Violence Against Women in Armed Conflict, Londres, Aministía Internacional.
• Jewkes R., 2002, “Preventing sexual violence: A right-based approach.” Lancet: 360 (9339), pp. 1092-1093.
• Jonsson, U., 2003, Human Rights Approach to Development Programming (UNICEF).