- El Manual de legislación sobre la violencia contra la mujer de las Naciones Unidas, 3.2.3, recomienda que las leyes prescriban:
- La formación y capacitación regulares e institucionalizadas sobre violencia contra la mujer que tengan en cuenta las cuestiones de género;
- Formación y capacitación específicas cuando se promulgue nueva legislación; y
- Preparación y consulta con ONG y proveedores de servicios en el proceso de desarrollo de la formación.
- Los fiscales en particular deben recibir formación relativa a:
- El contexto general y los patrones que caracterizan los delitos de violencia contra la mujer;
- Cómo tomar decisiones relativas a la presentación de cargos;
- Cómo entablar contacto con las víctimas;
- Decisiones relativas a la libertad bajo fianza y la libertad previa al juicio; y
- Acuerdos sobre sentencias y recomendaciones para la determinación de las penas.
(Véase: Programa de Seguridad (en inglés), cap. 5)
Ejemplos:
Reino Unido: La Fiscalía General de la Corona ha mantenido una actitud proactiva en la formación de sus fiscales sobre diferentes tipos de violencia contra la mujer. Los aproximadamente 4.000 fiscales y fiscales asociados cursaron la formación obligatoria sobre violencia doméstica antes del final de 2008. Los fiscales de cuatro áreas recibieron formación en 2007 en relación con el tratamiento del matrimonio forzado y los delitos en nombre del “honor”, y para 2009 se previó la ampliación de esa formación. Antes de 2011 se completará un curso de formación obligatorio para más de 800 coordinadores de casos de violación y fiscales especializados en violación. La formación para jefes de unidad que se ocupan de casos complejos de trata se completó en 2008. Véase: Formación de fiscales (en inglés), Base de datos del Secretario General de la ONU sobre la violencia contra la mujer.
Guatemala: En Guatemala, el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer han sido un problema de extrema gravedad, con cientos de mujeres muertas cada año. Se detectó que la deficiente formación del sector de la justicia era uno de los factores que contribuían a perpetuar la violencia. Para intentar corregir el problema, más de 100 fiscales de todo Guatemala recibieron formación a través de una asociación entre la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Unidad de Capacitación del Ministerio Público (UNICAP). La formación abarcó las repercusiones económicas, sociales y políticas de la desigualdad de género e incluyó un componente de receptividad multicultural para abordar los motivos de preocupación singulares de las mujeres indígenas. Véase: USAID, Informe anual sobre buenas prácticas, lecciones aprendidas y relatos de éxito (en inglés), pág. 10, 2006.