Violencia doméstica y sexual

Última editado: September 14, 2012

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Opciones
Opciones

Los servicios de refugio para sobrevivientes de violencia doméstica más comunes incluyen:

  • Atender las necesidades de seguridad específicas de las mujeres y sus hijas e hijos que se identifiquen a su ingreso mediante una evaluación de los riesgos  detallada y un plan de seguridad.
  • Proporcionar alojamiento y programas para niños y niñas que acompañan a sus madres, independientemente de su edad y sexo. Esto pude implicar que se les provea alojamiento privado y otras opciones de albergue si hay dificultades para alojar en el refugio a niños(as) más grandes o varones. Véanse los servicios para mujeres con hijos e hijas.
  • Colaborar con los oficiales de policía y judiciales para asegurar que las mujeres tengan acceso a órdenes de alejamiento, programas de visitas supervisadas, entre otras medidas legales para protegerlas a ellas y sus hijas(os).
  • Ayudar a las mujeres a conseguir empleo, así como apoyo financiero y vivienda a largo plazo, cuando sea necesario.
  • Respaldar las decisiones de las mujeres en cuanto al apoyo que decidan solicitar, en línea con los principios de un enfoque centrado en la sobreviviente y de empoderamiento.

Estudio de caso: Oranje Huis (Países Bajos) 

Blijf Groep, un refugio de mujeres neerlandés en Noord-Holland y Flevoland (Países Bajos) ha estado trabajando en el ámbito de la violencia doméstica durante casi 40 años y ofrece una variedad de servicios. Blijf Groep cuenta con dos albergues temporarios para mujeres en crisis, vinculados a 5 albergues donde se pueden hospedar hasta por 9 meses. En 1998 el grupo instaló Centros de Apoyo en Violencia Doméstica en varias ciudades, para proporcionar servicios externos a las sobrevivientes. Tanto mujeres como hombres pueden acudir a esos centros de apoyo y solicitar ayuda individual u orientación con sus parejas, así como información y asesoramiento. A través de esos centros de apoyo, las trabajadoras sociales entran en contacto directo con los perpetradores, en su mayoría el marido o novio de la mujer que solicita ayuda. A lo largo de los años, al reconocer a las mismas mujeres que acuden a los refugios una y otra vez, se ha procurado encontrar formas más efectivas de abordar la violencia doméstica, prevenir los ciclos de violencia recurrente y lograr que las mujeres actúen antes para minimizar las consecuencias del abuso a largo plazo.

El proyecto piloto Oranje Huis (Casa Orange) fue desarrollado desde 2008 hasta mediados de 2011, en cooperación con el Ministerio de Salud, Bienestar y Deporte, con el objetivo principal de desarrollar un nuevo enfoque para albergues de mujeres. Lo antecedió un estudio en 2006 que demostró que se podía mejorar la respuesta a las mujeres y hombres que deseaban poner fin a la violencia pero no necesariamente terminar la relación. La iniciativa ha demostrado resultados positivos y fue diseñada basada en la experiencia de los refugios, y las opiniones obtenidas con la interacción de las víctimas y perpetradores, que han sido confirmadas por la investigación, el conocimiento académico y las experiencias internacionales en materia de violencia doméstica, una encuesta llevada a cabo en los refugios neerlandeses para mujeres, y la literatura sobre abuso infantil, transmisión intergeneracional de la violencia, crianza y  paternidad.  

El refugio de mujeres neerlandés Oranje Huis aplica un nuevo enfoque que dota al refugio de visibilidad y reconocimiento, y que además revela su ubicación. En el frente del edificio un cartel indica claramente “Oranje Huis”, este figura en el directorio telefónico y se difunden activamente los servicios que presta el refugio; además, se ha invitado a los medios de comunicación y numerosas personas a visitarlo. El refugio cuenta con un centro de apoyo a las víctimas de la violencia doméstica que presta servicios colectivamente bajo un mismo techo con el principal objetivo de mejorar, desde la etapa más temprana posible, el apoyo a las personas que lidian con la violencia doméstica. Las investigaciones han demostrado que las víctimas que entran en un refugio de mujeres han experimentado violencia doméstica durante un período promedio de nueve años. El modelo de Oranje Huis tiene por objeto facilitar la llegada de personas de distintos lugares, aumentar su accesibilidad y acelerar la reducción de la espiral de violencia. Se utiliza un programa adaptado especialmente a cada destinatario que conlleva la participación del perpetrador e incluye una visión clara del cuidado de los hijos, a los que presta atención especial. Las cinco principales características del refugio Oranje Huis son: 1. Un entorno abierto; 2. Todos los servicios bajo el mismo techo; 3. Un nuevo concepto de seguridad; 4. Programas de familia que incluyen al autor de la violencia; 5. Separación del alojamiento de la ayuda y el asesoramiento.

Resultados:

  • las mujeres se sienten seguras en el refugio de Oranje Huis aunque este no esté ubicado en un lugar secreto.
  • Tras pasar un período en un refugio tradicional, un 40% de las mujeres vuelve a juntarse con su pareja. En Oranje Huis solo el 19% vuelve a unirse a su pareja.
  • Si bien deben llevarse a cabo nuevas investigaciones, hay indicaciones de que los programas para familias ayudan a las mujeres a tener expectativas más realistas. Como el autor de la violencia participa directamente en la elaboración del plan familiar, la destinataria se enfrenta con los aspectos positivos y negativos de la relación. Esto hace que tenga una visión más realista de las posibilidades de cambio.
  • El enfoque de familia permite hacer cambios fundamentales más directos respecto del patrón de violencia doméstica. Nadie sale del refugio sin un plan de seguridad para sí misma y sus hijos.

Véase el  Caso de estudio completo:

 Fuente: Margje de Jong para Blijf Groep.

Violencia sexual

Aunque hay pocos refugios especializados para sobrevivientes de violencia sexual, las mujeres y niñas pueden solicitar albergue en distintas circunstancias. Por ejemplo, en contextos donde la seguridad física no está garantizada o corren riesgo continuo de exposición al perpetrador, cuando han sufrido el rechazo de su familia o comunidad (por ej. especialmente relevante para mujeres jóvenes y niñas); si el trauma que sufren por la experiencia ha reducido su capacidad de mantener su hogar, empleo, o vida independiente; y si necesitan más apoyo del que pueden disponer en su hogar para buscar justicia o recuperarse de la experiencia.

Las sobrevivientes sin hogar también pueden solicitar alojamiento en los refugios, y las que corren mayor riesgo de violencia sexual debido a factores tales como: conductas de alto riesgo para sobrevivir; temor a figuras de autoridad y a denunciar; inseguridad de los lugares de acogida (refugios para personas sin hogar, calles, etc.); y barreras institucionales relacionadas con el acceso a los servicios (por ej. capacidad de refugio limitada o falta de servicios para sobrevivientes de agresión sexual) (Victim Rights Law Center, Presentación para la  Segunda Conferencia Mundial de Refugios para Mujeres, 2012).

Además de la protección general y los apoyos que normalmente ofrecen los refugios contra la violencia doméstica, hay servicios específicos que deben prestarse junto con el alojamiento para mujeres que han sido agredidas sexualmente o violadas:

  • Servicios de salud adecuados y oportunos (por ej. exámenes forenses, profilaxis posexposición, etc.).
  • Servicios de orientación a la medida de las sobrevivientes de agresión sexual.
  • Información y apoyo para acceder a asistencia jurídica, protección y otros servicios psicosociales (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2011).

Ejemplo

Medica Zenica es una organización no gubernamental para mujeres fundada en Bosnia en 1993 para tratar los efectos de las violaciones sistemáticas de mujeres bosnias durante la guerra. El objetivo principal de la organización es proporcionar refugio, apoyo psicosocial y orientación terapéutica a sobrevivientes de violación y trauma. El modelo de servicios abarca:

  • Proporcionar apoyo integral a mujeres y niñas mediante:
    • Atención médica primaria;
    • Acercamiento médico a áreas remotas del país;
    • Refugio;
    • Terapia psicológica y orientación;
    • Asistencia jurídica;
    • Apoyo telefónico de emergencia;
    • Capacitación profesional y servicios vocacionales.
  • Averiguar cuáles son las distintas formas de violencia que se han ejercido contra las mujeres que (es decir, violencia doméstica, agresión sexual, trata de personas y acoso sexual), y analizar los servicios que necesitan;
  • Participar en la programación comunitaria sobre prevención y procesamiento judicial de la violencia, incluida la creación de una red local de servicios para sobrevivientes, y desarrollar protocolos para la gestión de casos en todos los sectores;
  • Proporcionar programas educativos para profesionales incluidos la policía y la justicia penal, y capacitación en transformación no violenta del conflicto y reconciliación; e
  • Investigación e incidencia política para promover el derecho de las mujeres de tener una vida libre de violencia y desarrollar políticas que protejan los derechos de las mujeres sobrevivientes de violaciones relacionadas con el conflicto (Secretaría de la OSCE, 2009).

Fuente: Medica Zenica website. Safe House

 

Caso de estudio: Asociación Calidad de Vida, Casa Nova: Gestión de casos de incesto y abuso sexual (Honduras)

La Asociación Calidad de Vida en Tegucigalpa, Honduras, a través de su refugio para sobrevivientes de violencia (Casa Nova), ha desarrollado un programa de cuidados integrales para casos de incesto y abuso sexual contra niñas menores de 16 años. El refugio apoya a un promedio de 400 niñas y niños y 120 mujeres al año. La intervención tiene componentes físicos, mentales, educativos, morales y espirituales para mejorar la calidad de vida de las niñas, ayudarlas a prepararse para la vida en una variedad de áreas, apropiarse de sus experiencias, comprenderlas y aprender a vivir con ellas. La metodología también funciona para mejorar y restablecer las relaciones familiares (con la madre) y crear espacios seguros para las niñas.

La iniciativa ha sido desarrollada en respuesta a las circunstancias físicas y emocionales complejas que afectan a las niñas sobrevivientes de incesto y abuso sexual, que con frecuencia están embarazadas y tienen problemas de salud mental, tales como síntomas de baja autoestima, falta de empatía y depresión, trastorno por estrés postraumático, agresividad, problemas de conducta, dificultades de adaptación y aprendizaje, pesadillas, ansiedad, y rechazo hacia sus madres. Dado este contexto, el refugio brinda a las niñas atención psicológica, médica, social y espiritual. Abarca desarrollo humano, resolución de conflictos y control del enojo, temor y perdón, terapia recreativa y ocupacional. También incluye asistencia jurídica y educativa, y todas las niñas deben estar acompañadas por sus madres o un adulto responsable, dado que son menores.

El programa multidimensional ha contribuido a los siguientes resultados, como lo han demostrado los resultados específicos de una muestra de 25 casos apoyados por el refugio:

  • Denuncia de los crímeness a las autoridades pertinentes. En el 88% de los casos, la sobreviviente que recibió asistencia jurídica total denunció el crimen. 
  • Apoyo de sus madres. Cerca del 76% de las niñas recibieron apoyo de sus madres después que se trabajó con ambas.
  • Disipar mitos y creencias sobre la violencia, incluido el sentimiento de culpa de la niña. Todas las niñas y madres demostraron un cambio de actitud en relación con los mitos y falsas creencias sobre el abuso sexual, incesto y violencia que sufrieron.
  • Estabilidad emocional mediante actividades culturales, educativas y terapéuticas, con total participación de las niñas cuando las actividades tienen lugar en el refugio.
  • Aceptación del embarazo, dado que no hay opción de aborto legal a pesar de su escasa edad (alrededor del 80%), especialmente las niñas que acceden a los servicios en la etapa inicial del embarazo.
  • Relación más fuerte entre madre e hija, 72% de los casos tuvieron éxito en reunir a las madres con sus hijas. 
  • Logro de resultados de desarrollo acordes con la edad. El apoyo de las madres propicia que las hijas participen y vivencien actividades adecuadas para su edad (por ej. asistir a la escuela, socializar con sus pares, etc.) En algunos casos la madre adoptó al bebé.
  • Reinserción en el sistema educativo. Después de dejar el refugio con sus bebés, el  60% de las niñas ha continuado con sus estudios.

Un caso ejemplifica el proceso de recuperación apoyado por Casa Nova. Mirna (nombre ficticio para proteger su identidad), de doce años de edad, fue derivada al refugio por una monja porque necesitaba cuidado y tratamiento especial, diferente al que estaba recibiendo en el hospital público. Estaba embarazada como resultado del abuso sexual de su padrastro, y gravemente malnutrida y anémica. También sufría de culpa, rechazo y discriminación de su comunidad, y había sido expulsada de su escuela. Aunque llegó sin su madre, la Oficina de la Primera Dama pagó por su atención médica y apoyo.

El refugio primero se ocupó de estabilizar su salud y proporcionar primeros auxilios psicológicos y sociales, que incluían acompañarla hasta el hospital todos los días; asistirla con tres transfusiones de sangre identificando un donante adecuado; y ofrecerle una dieta especial para mejorar su estado nutricional. Se trazó un plan específico para ella en colaboración con el Instituto Hondureño para la Niñez y la Familia, la Fiscalía de la Niñez, trabajadoras sociales y doctores, y la monja que la había derivado.

Una vez que su salud comenzó a mejorar, el personal inició el trabajo terapéutico, que implicaba la coordinación de un equipo de psicólogas, trabajadoras sociales, doctoras y maestras. Con el transcurso del tiempo, la preparación y apoyo, el refugio pudo conectar a la niña con la madre que también había sufrido violencia doméstica. Cuando su madre y dos hermanas abandonaron al padrastro abusivo, se alojaron en Casa Nova, y el proceso se centró en brindar apoyo emocional a la familia, dado el enojo de la niña hacia su madre. 

Desde su estadía en el refugio, Mirna, (que ahora tiene 19 años) continuó sus estudios y se graduará de la escuela secundaria, con ilusión de ser enfermera. Su madre adoptó al bebé y ella pudo participar en las actividades normales de una adolescente.

En los casos como el de Mirna, se siguen una serie de pasos estándar:

  1. Atención inmediata o primeros auxilios: físicos, psicológicos y sociales
  2. Tratamiento de la malnutrición
  3. Intervención en crisis
  4. Educación sexual, especialmente para que las niñas conozcan sus cuerpos
  5. Disipar los mitos sobre el cuerpo (por ej. que el abuso sexual y el incesto son culpa de la niña)
  6. Atención y apoyo espiritual
  7. Habilidades de resolución de conflictos para controlar los sentimientos de culpa, enojo, soledad, ansiedad, temor y resentimiento (utilizando técnicas de respiración y meditación)
  8. Terapia ocupacional
  9. Salidas terapéuticas y recreativas
  10. Terapia psicológica, que incluya terapia individual y familiar, orientación sobre el abuso sexual e intervención en crisis continua, según sea necesario
  11. Grupos de apoyo y discusión
  12. Actividades para canalizar los sentimientos
  13. Apoyo con el embarazo y preparación para ser madre

Este proceso pretende desarrollar destrezas que las niñas pueden usar para controlar su situación mientras están en el refugio y cuando regresen a sus comunidades.

Lecciones aprendidas

  • Obtener el apoyo de las madres es crucial para la gestión de los casos de abuso sexual e incesto. Las madres deben entender la experiencia de sus hijas y comprometerse a empoderarlas y apoyarlas. Como las niñas suelen estar enojadas con sus madres, el proceso debe centrarse en el perdón de ambas, que es crucial para reunirlas y trazar un plan de vida que incluya a las dos.
  • Es importante que la madre y la hija vivan juntas, si es posible, en lugar de aislar a la niña con el pretexto de que tiene que alejarse de su abusador si no ha sido arrestado o si se ha desistido del proceso legal.
  • Los refugios deben ser flexibles con la duración del tratamiento de la niña. Aunque las normas de Casa Nova indican que las mujeres pueden permanecer hasta tres meses, las niñas suelen necesitar más tiempo para recuperarse y se les permite quedarse el tiempo que necesiten para culminar el proceso de reconciliación con sus madres. Todas las niñas han permanecido en el refugio hasta el nacimiento de sus bebés; un promedio de seis meses.
  • En los casos en los que no es posible reconciliar a madre e hija, el refugio debe asistir en el proceso de encontrar un hogar o centro adecuado que apoye a madres adolescentes.
  • Es muy útil una programación integral que incluya un equipo multidisciplinario para apoyar la recuperación total del abuso. Debe involucrar coordinación interinstitucional entre el refugio y otras instituciones proveedoras de servicios para niñas para llenar los vacíos de servicios.
  • El personal involucrado en la iniciativa debe estar bien informado, cualificado y dedicado a asegurar que las niñas reciban cuidados apropiados y sensibles, y que no las retraumaticen. Incluye coordinación con hospitales públicos para asegurar que las niñas reciban apoyo y servicios apropiados para su edad durante el trabajo de parto y el parto (por ej. una cesárea si su cuerpo no está apto para un parto natural).
  • Si es posible, se debe proporcionar apoyo psicológico durante un período prolongado, dados los efectos duraderos del abuso y el tiempo requerido para que las niñas se recuperen.

Fuentes: Ana Lisseth Cruz, Directora Ejecutiva de Casa Nova y Anna-Maria Neppel, Canadian Network of Women’s Shelters and Transition Houses. 2011; y página web de la Asociación Calidad de Vida.