- Las campañas de cambio institucional o normativo (o de promoción) usan una gran variedad de herramientas destinadas a invitar y convencer a los encargados de la adopción de decisiones, es decir profesionales elegidos o nombrados encargados del bienestar público, para modificar las leyes y políticas que afectan a un gran número de personas o aplicarlas con mayor eficacia. Un conjunto de herramientas se centra en la presentación de hechos u opciones de política a los destinatarios primarios, es decir a los encargados de la adopción de decisiones, por medio de cartas abiertas, modelos de políticas e informes de investigaciones, entre otras cosas. Otro conjunto se ha concebido para movilizar el apoyo público y la presión a favor del objetivo de la campaña, por ejemplo mediante manifestaciones, conferencias de prensa y peticiones por correo electrónico.
- Las campañas de cambio de comportamiento dependen de técnicas y herramientas algo diferentes, ya que en ellas se invita a las personas a cambiar sus vidas personales, privadas adoptando las medidas propuestas por la campaña. Dado que el comportamiento humano está influenciado por una amplia variedad de factores, las sendas de cambio tienden a ser menos directas y limitadas que las relativas a leyes e instituciones oficiales. La estrategia y las tácticas se basan en diferentes teorías del cambio y en las distintas características de los destinatarios. Según estos factores, pueden utilizarse técnicas de campañas de publicidad comercial y de comercialización social (por ejemplo anuncios de televisión y radio, o carteleras publicitarias), de servicios de salud pública (por ejemplo enseñanza entre pares), de enseñanza para adultos y desarrollo de la comunidad (por ejemplo el teatro participativo) y otras esferas. Esto se ha comprobado en una evaluación sobre la prevención de la VCM con hombres y niños (PROMUNDO/OMS, 2007).
- Combinación de diferentes técnicas y herramientas: Aunque tanto las campañas de promoción como las de cambio de comportamiento para poner fin a la VCM abordan una cuestión común, la violencia contra las mujeres y niñas, y ambas formulan un llamamiento a la acción de personas e instituciones (que a su vez están integradas por personas), pueden proponerse el logro de diferentes conjuntos de objetivos y por consiguiente emplean diferentes técnicas y herramientas de comunicación. En última instancia, no hay un criterio aplicable a todos los casos; la combinación de técnicas y herramientas que mejor funciona en una campaña depende de sus objetivos, su estrategia, sus destinatarios y los recursos que puede movilizar.