Coaliciones múltiples: Con frecuencia, el personal que ejecuta una campaña forma parte de dos líneas de mando, a saber: i) la de su propia organización, es decir el miembro de la alianza, y ii) la de la campaña, es decir las estructuras de coordinación y dirección. Las personas que ejercen distintas funciones dentro de su organización podrían no estar en condiciones de dedicar tiempo suficiente a la campaña. El riesgo podría reducirse mediante un acuerdo escrito explícito respecto del tiempo exacto (es decir, el número de días hombre, o mujer, para determinados tipos de personal) que la alianza promete asignar a la campaña. Las funciones y responsabilidades claras, y las líneas de mando y de adopción de decisiones; los procedimientos escritos transparentes; y las notas que registran claramente las deliberaciones de reuniones, actividades y de la planificación y ejecución general de la campaña pueden servir para reducir al mínimo el estrés y el agotamiento de los funcionarios.
Gestión de voluntarios: La gestión de un grupo de voluntarios cada vez mayor puede ser compleja e insumir mucho tiempo. Toda campaña con un componente de movilización importante debería incluir en su estrategia un plan sobre la forma de prestar apoyo a nuevos activistas, lo cual debería dejar en claro qué equipo de la campaña o miembros de la alianza se encargarán de prestar apoyo a qué activistas. ¿Se orientará a todos los activistas hacia un solo miembro de la alianza o movilizarán a los activistas todos los miembros? En el segundo caso, crear un grupo de tareas específico podría servir para garantizar un enfoque coherente, y racionalizar el tiempo considerable que se necesita para coordinar a los voluntarios.
Es necesario asignar funciones y formas de comunicarse con los encargados de la campaña claramente definidos a los activistas voluntarios cuya participación podría recabarse en el curso de una campaña. Estos también deben saber dónde encontrar orientación y apoyo, y a quién recurrir en caso de conflicto.
Las actividades públicas (por ejemplo las reuniones masivas) y los kits para activistas deberían concebirse para motivar a los nuevos participantes en la campaña y garantizar que el mensaje de la campaña se transmita con exactitud y eficacia. Los kits para activistas deberían incluir orientación sobre la forma en que los activistas pueden atraer a nuevos partidarios y fortalecerse mutuamente, por ejemplo mediante reuniones locales. En los casos en que el acceso a Internet es fácil, la realización de campañas electrónicas suministra apoyo virtual, por ejemplo mediante actualizaciones de los kits para activistas que estos pueden descargar y foros interactivos. En Comunicaciones de una campaña puede encontrarse más información sobre Kits para activistas.
Qué hacer y qué no hacer en relación con la gestión de los voluntarios
QUÉ HACER
- Indicar claramente para qué necesita voluntarios la campaña, por ejemplo a fin de reunir firmas para una petición, realizar actividades de divulgación entre el público, atender los teléfonos y mantener bases de datos relativas a las actividades, repartir materiales de la campaña y movilizar a la gente para que asista a una manifestación, entre otras cosas. Toda persona que se compromete a trabajar como voluntaria debería asumir una función y responsabilidad clara (no interesa cuán grande o pequeña sea). Es preferible tener menos voluntarios con una función definida que un grupo demasiado grande, en que varias personas no tienen nada que hacer durante gran parte del tiempo.
- Elaborar un plan de gestión de voluntarios. Este debería incluir instrucciones claras sobre quién será la persona o el grupo de contacto responsable de coordinar las actividades de los voluntarios, comunicarse con estos y darles la orientación necesaria. Además, el plan también debería incluir datos pormenorizados sobre qué se espera de los voluntarios, qué información se les suministrará (o que reunirán), qué apoyo administrativo tendrán a su disposición (como líneas telefónicas para llamadas de divulgación, acceso a computadoras para actividades de divulgación electrónicas o traslado de las actividades), y qué medidas deberían adoptar los organizadores de la campaña para mantenerlos motivados e inspirados a fin de que continúen trabajando como voluntarios.
- Impartir capacitación temprana y sesiones de orientación. Esto permitirá garantizar que los activistas no solo adquieran información y comprensión acerca del tema o los temas de la campaña, sino que también tengan en claro a qué se han comprometido (es decir qué se espera de ellos como voluntarios). Debe suministrarse a cada voluntario información pormenorizada sobre el tema o los temas de campaña y una lista de preguntas frecuentes que pueden utilizar durante las actividades de divulgación pública. Las sesiones de orientación también pueden ayudar a fomentar un sentido de solidaridad entre los voluntarios y motivarlos para que promuevan la causa.
- Estructurar y comunicar los objetivos de la campaña y los mensajes fundamentales claramente. Tal vez esto deba hacerse varias veces a lo largo de la campaña para garantizar la precisión y mantener a todos bien encaminados.
- Celebrar reuniones de información periódicas. Esto no solo brinda la oportunidad de verificar los progresos, sino que también es un espacio para que los voluntarios formulen preguntas, expresen sus reclamos o hagan sugerencias. Al constituirse en una ocasión regular para escuchar y ser escuchados, estas reuniones contribuyen en gran medida a reducir la frustración, los posibles conflictos y los malentendidos que pueden surgir entre los voluntarios y entre los voluntarios y el personal de la campaña.
QUÉ NO HACER
- Aceptar más voluntarios de los que puede utilizar la campaña. Aunque podría ser tentador tener más ayuda para las actividades de la campaña y el entusiasmo de los voluntarios puede dar impulso moral a los activistas de la campaña, es importante recordar que cuanto mayor sea el número de voluntarios, tantos más recursos y tiempo se necesitarán para administrarlos. Una mala gestión de los voluntarios puede ser una de las formas más fáciles de alejar a los activistas bienintencionados, y posiblemente hacer que se vuelvan contrarios a la causa.
- Esperar demasiado. Los diferentes voluntarios podrían tener diferentes competencias y compromisos en materia de tiempo para aportar a la campaña. Las competencias y el tiempo deberían ajustarse adecuadamente a las tareas; de ser necesario podría ser necesario redactar listas para garantizar la continuidad de las tareas y actividades que exigen un compromiso de más largo plazo. No obstante, no puede esperarse que los voluntarios asuman funciones que debería realizar el personal, como la gestión de las finanzas de la campaña o el enlace con los donantes y los miembros de la junta o comité.
- Olvidar dar las gracias. Habida cuenta de que están suministrando su tiempo y energía gratuitamente, expresar reconocimiento en forma regular a los voluntarios puede contribuir a mantenerlos motivados y a que sientan que sus esfuerzos realmente contribuyen al éxito de la campaña.
Cómo encarar el estrés y el agotamiento
El estrés y el agotamiento del personal de la campaña (y los voluntarios) no son inusuales, especialmente en las campañas más complejas que requieren muchos niveles de coordinación y cooperación de diferentes personas y organizaciones, por lo general dentro de plazos estrictos. Además, los relatos traumáticos de VCM a los que el personal y los voluntarios pueden estar expuestos tal vez aumenten el estrés o, si han experimentado violencia en sus propias vidas, podrían sentirse abrumados emocionalmente por recuerdos o sentimientos pasados.
Otro factor de estrés es la difamación de la identidad, una táctica utilizada por los que se oponen al cambio social en virtud de la cual los detractores de una campaña atacan abierta o sutilmente a los activistas sociales por motivos de su identidad o de su estilo de vida a fin de socavar su reputación.
“Si tienes un marido, piensan que lo estás descuidando. Si no lo tienes, se preguntan por qué. Si estás divorciada, dicen que se fue por tu culpa. Y si eres viuda, probablemente lo hayas matado” (B. Lee en Rothschild, C., 2005. Written Out…).
Para prevenir la tensión y el agotamiento innecesarios, es menester reconocer que la realización de campañas sobre la VCM puede ser estresante y encontrar formas apropiadas de encarar el estrés. Algunas organizaciones que trabajan con supervivientes de la violencia organizan sesiones periódicas con profesionales de la salud mental para reducir la presión psicológica que experimentan en la labor cotidiana. New Tactics in Human Rights (2004) presenta una alternativa de bajo costo, ABCs of Self-Care (Principios básicos de cuidado personal):
- Concienciación: Aprender a reconocer las señales de estrés dañino, por ejemplo tensión nerviosa, enojo, distracción, dolor de espalda, dolores de cabeza o una visión negativa del mundo.
- Equilibrio: Planificar tiempo suficiente para descansar y relajarse, y para cultivar relaciones personales.
- Conexión: Establecer relaciones de apoyo con colegas, amigos, familiares y otros.
- Análisis del cuidado personal: Analizar la experiencia de la gestión del estrés con colegas y examinar las medidas colectivas que pueden adoptarse para reducir o mitigar el estrés perjudicial.