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Institucionalizar la capacitación: Las oportunidades de aprendizaje continuo son esenciales para enriquecer el conocimiento, mejorar actitudes y destrezas, y fortalecer las capacidades de forma eficaz y a lo largo del tiempo. Una sesión puntual de capacitación no es suficiente para preparar adecuadamente al personal para ofrecer respuesta apropiada a las sobrevivientes (Consejo de Población, 2010; Naciones Unidas, 2006; Bott, Morrison y Ellsberg, 2005). Además de su importancia para acelerar los resultados individuales del aprendizaje, la capacitación institucionalizada:
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Da la pauta que toda la institución está dedicada a abordar la violencia contra las mujeres como parte de su mandato general.
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Permite la coordinación de diferentes cursos, proveedores y materiales de capacitación, lo cual reduce la duplicación y aprovecha las mejores prácticas y la base empírica.
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Suele ser más eficaz en relación al costo (porque reduce los costos iniciales que insumen los recursos de capacitación individual).
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Sigue la estructura organizacional del ejército o las fuerzas armadas o policiales, lo cual permite la impartición y actualización continua y sistemática de capacitación para el personal en servicio.
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Proporciona a toda la unidad un lenguaje común para el tema.
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Asegura la continuidad del personal idóneo por plazos más prolongados aún cuando los donantes y las organizaciones internacionales retiran o cambian sus áreas de apoyo.
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Entre los beneficios de capacitar a unidades/pelotones (en todos los rangos) en lugar de impartir capacitación especializada para algunos pocos individuos, la capacitación grupal ayuda a liberar el tema, generando oportunidades de discusión entre el personal.
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Los componentes de un enfoque integral e institucionalizado para la capacitación comprenden:
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Capacitación básica en igualdad de género, derechos humanos de las mujeres, violencia contra las mujeres y las principales políticas institucionales, la cual se integra al programa de capacitación y se imparte a todos los reclutas a través de una academia de entrenamiento policial o militar.
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Impartición de capacitación básica a personal civil y de seguridad de todos los rangos y niveles. Los dirigentes asisten junto con el resto del personal.
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Apoyo a la gestión y (cuando sea posible) financiación directa de los comandos operativos (es decir unidades o instituciones donde trabaja el personal) para programas de capacitación. .
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Oportunidades habituales de capacitación en servicio y de actualización para todo el personal activo (como parte del desarrollo profesional o requisito de educación continua anual).
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En muchos casos, el éxito de los cursos introductorios sobre violencia contra las mujeres impartidos por organizaciones externas con participación de los altos mandos militares y policiales pueden impulsar la institucionalización a largo plazo de la capacitación.
Ejemplo: Sensibilización de la Policía de Delhi (India) sobre cuestiones de género
En marzo de 2003, en el Día Internacional de la Mujer, la policía de Delhi (India), en asociación con el Banco Mundial y el consorcio de ONG, Coalición para el Empoderamiento Rural, inauguró el primero de 114 talleres de sensibilización de género a impartirse en el transcurso del año para 124 comisarías, con la asistencia de 6.000 miembros del personal policial. El programa fue diseñado para responder al escaso conocimiento de la policía sobre las leyes referentes a los derechos de las mujeres, y para determinar la mejor forma de abordar los altos niveles de delito contra las mujeres en la ciudad, incluida la violencia doméstica.
Los expertos en género, trabajadores de ONG, mujeres activistas, oficiales judiciales y oficiales superiores de la policía impartieron capacitación en una gama de temas, que incluyeron género, y VIH y SIDA. La localidad donde tuvo lugar la capacitación, el albergue temporal para mujeres, niñas y niños Sudinalay Rehabilitation Shelter Home for Women and Children, donde funciona la Coalición para el Empoderamiento Rural, permitió al personal policial participante, escuchar directamente de las sobrevivientes sobre el impacto que la violencia tiene en sus vidas. Observadores de otras fuerzas estatales asistieron a la capacitación con la intención de implementar programas similares en sus propios estados. Como resultado de la iniciativa, desde entonces la policía de Delhi ha incorporado un importante módulo de sensibilización sobre cuestiones de género en su entrenamiento regular del personal policial en la Academia de Entrenamiento Policial de Delhi.
Fuente: Banco Mundial. 2005. ‘The World Bank and the Beijing Platform for Action’. Banco Mundial. Washington D.C
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Involucrar a instituciones, oficiales superiores y entrenadores policiales y militares, desde el inicio. Uno de los principales desafíos para mantener los logros obtenidos en las actitudes y las prácticas es asegurar la coordinación de cursos de capacitación diferentes. En muchos países han proliferado las sesiones únicas de capacitación, impartidas por distintas organizaciones, a menudo con una importante superposición y duplicación de recursos de capacitación. Muchos de estos cursos no se repiten para los reclutas o cuando el personal cambia de puesto, lo cual es necesario para mantener el mismo estándar de conocimientos y destrezas entre el personal. Asegurar la participación de los comandos superiores policiales o militares (por ej. Ministerio de Defensa o del interior, Jefatura de Policía, etc.), desde la planificación y el diseño hasta la implementación de los programas de capacitación, puede ayudar a establecer un enfoque racionalizado y que abarque todo el sistema para la capacitación del personal sobre ese tema.
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Determinar la combinación apropiada de sesiones únicas de capacitación y de módulos integrados en un currículo de capacitación más amplio y obligatorio. Aunque es importante integrar la capacitación sobre conceptos fundamentales tales como género, derechos de las mujeres y definiciones de violencia contra las mujeres dentro de un programa más amplio, también es crucial impartir cursos de capacitación específicos a unidades policiales o militares, o personal en servicio sin capacitación básica. Esta última modalidad puede ser más apropiada en relación a protocolos de respuesta ante la violencia doméstica o sexual; técnicas de investigación, técnicas de entrevista, etc. Vea también la sección contenido de la capacitación. Una combinación de enfoques tiene más probabilidades de éxito, y tiene muchas ventajas:
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Presenta a la violencia de género como parte integral de los deberes del personal de seguridad, lo cual puede aumentar su legitimidad, en lugar de ser considerada como un tema aparte.
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Alienta al personal a comprender cómo se puede incorporar el abordaje del problema en su trabajo diario, al mismo tiempo que asegura que el personal especializado cuente con las habilidades técnicas necesarias para responder adecuadamente
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Maximiza los recursos escasos y es más eficiente porque fija un nivel estándar de sensibilidad y capacidad de respuesta para todo el personal. La capacitación estandarizada puede ayudar a dirigir la inversión destinada a cursos de capacitación aislados (que requieren más recursos humanos y financieros) hacia habilidades técnicas para personal o unidades especializadas, y seguir adelante con la sensibilización a escala más amplia, necesaria para todo el personal.
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Asegura que una variedad más amplia del personal del sector seguridad reciba capacitación en violencia contra la mujer, lo cual ayuda a racionalizar los esfuerzos para abordar el problema, que suele quedar marginado cuando solo se imparte capacitación a quienes trabajan en oficinas policiales/unidades de protección familiar.
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Promover alianzas que aporten experiencia local e internacional para desarrollar e impartir capacitación: En muchos países, la primera capacitación de la policía es proporcionada y financiada por una organización o individuo externo, en general un donante internacional (como parte del apoyo general al sector) o una organización no gubernamental. Dentro de este contexto, y cuando hay un socio internacional, generalmente es más eficaz involucrar a un socio local para establecer una base para la apropiación y liderazgo nacional en el tema. Las organizaciones locales tienen experiencia en el contexto sociocultural y político, y pueden entender mejor las relaciones entre los actores; lo cual contribuye a resaltar los desafíos específicos y mostrar ejemplos prácticos relevantes de la comunidad en general. Expertos internacionales pueden ofrecer una perspectiva global, aportando sus experiencias en contextos variados y pueden tratar temas sensibles con más facilidad que los expertos locales (especialmente cuando la violencia ha sido perpetrada por el personal de seguridad).
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Invertir en programas de desarrollo de capacitación y usar un enfoque de capacitar a capacitadores. Esto es importante para fortalecer las capacidades de los docentes a nivel local y nacional para que impartan talleres eficaces en todo el sector a lo largo del tiempo. El enfoque de capacitación de capacitadores es especialmente valioso para desarrollar rápidamente la conciencia interna y las habilidades de instituciones de seguridad en situaciones de escasa capacidad. Este enfoque se puede implementar junto con el currículo de entrenamiento a todo el personal.
Ejemplo: Programa de Formación de Instructores de la Asociación Internacional de Jefes de Policía
La Asociación Internacional de Jefes de Policía (IACP por sus siglas en inglés) El Programa de Formación de Instructores sobre violencia contra las mujeres brinda a los instructores la oportunidad de reforzar sus habilidades básicas de docencia, incorporar sesiones prácticas, dominar dinámicas de grupo y practicar la resolución de problemas con los siguientes componentes clave:
1. Captar a una audiencia de fuerzas del orden: Los instructores necesitan habilidades para desarrollar sus propias presentaciones para las fuerzas del orden así como para evaluar la eficacia de la capacitación que imparten. El Programa permite a los instructores:
- Identificar las necesidades y estilos de aprendizaje de cada audiencia y hacer los ajustes pertinentes a la capacitación.
- Incorporar principios pedagógicos para adultos a las presentaciones educativas
- Utilizar tecnología para realizar autoevaluaciones y recibir retroalimentación sobre las presentaciones
- Diseñar una forma de evaluación para analizar los aspectos pedagógicos y el desempeño de los asistentes puede ayudar a mejorar futuras presentaciones
2. La experiencia como herramienta pedagógica: Para aprender eficazmente, los adultos deben poder aplicar el conocimiento adquirido en prácticas que reflejen las realidades que enfrentan en su trabajo. Se mostrará a los instructores cómo:
- Incorporar ejercicios prácticos en instancias de capacitación
- Encontrar métodos innovadores para hacer participar a los asistentes
- Seleccionar los ejercicios prácticos adecuados
3. Manejo del aula: Los instructores deben tener la capacidad de hacer que la audiencia participe activa y eficazmente en el proceso educativo. El Programa mejora la habilidad de los instructores para:
- Moderar discusiones de grupos grandes y pequeños
- Administrar el tiempo eficazmente
- Reconocer y responder a las comunicaciones verbales y no verbales
- Identificar las diferencias culturales y superar estereotipos o prejuicios personales
- Manejar individuos y dinámicas de grupo difíciles
4. Recomendaciones sobre tecnología y capacitación: El conocimiento y uso correcto de la tecnología se ha convertido en un elemento cada vez más importante de la capacitación. Usar la tecnología adecuadamente, junto con otras estrategias para aumentar el impacto de los cursos, es fundamental para el éxito de una presentación. Los instructores aprenden a:
- Identificar diferentes tipos de equipos que puedan mejorar la presentación
- Diseñar ayudas visuales y emplearlas eficazmente en las aulas
- Entender los beneficios y desventajas que implica el uso de varios tipos de tecnologías
- Localizar las fallas tecnológicas y solucionarlas
- Identificar “Diez Escollos para el Instructor” y aprender cómo evitarlos
- Desarrollar estrategias concretas para mejorar su estilo pedagógico y manejo del aula
5. Organización y preparación: Para impartir conocimientos con éxito, un instructor eficaz debe poseer la habilidad para diseñar y utilizar herramientas educativas prácticas para el aula. Los instructores aprenden a:
- Evaluar las necesidades de la agencia o de la audiencia para desarrollar los objetivos de aprendizaje indicados
- Desarrollar metas realistas, objetivos de aprendizaje, y planes de las lecciones sobre temas específicos
- Determinar el contenido y la estructura del curso
- Identificar e incorporar herramientas y recursos educativos útiles.
- Evaluar y mejorar el currículo, los repartidos y las agendas de capacitación
- Gestionar la logística de la capacitación, incluida la planificación de eventos y contratación de consultores
Extracto: IACP. National trainer development program on violence against women.
- Brindar oportunidades de actualización a intervalos regulares para que todos los miembros del personal estén capacitados (no solo los reclutas) y actualicen sus conocimientos en el transcurso de su carrera y crecimiento profesional. Un enfoque es dividir la capacitación en módulos / niveles que puedan completarse a lo largo del tiempo.
Ejemplo: Capacitación en etapas en los territorios palestinos ocupados
En los Territorios Palestinos Ocupados, como parte de un programa multisectorial integral para abordar la violencia contra las mujeres, ONU Mujeres (inicialmente a través de UNIFEM) y la organización no gubernamental SAWA (que opera una línea telefónica de ayuda) han desarrollado una capacitación en etapas para la policía, trabajando en colaboración con el Ministerio del Interior (que incluye talleres sobre violencia contra las mujeres y las niñas dirigidos al Ministerio).
La capacitación fue desarrollada después de seguir un proceso colaborativo de análisis para entender el contexto y los desafíos del abordaje del problema, el cual puso en relieve una variedad de factores que impedían que las mujeres buscaran protección policial, incluyendo:
- Actitudes y tratamiento negativo del personal de seguridad y judicial hacia las sobrevivientes;
- Normas sociales que priorizaban la unidad y protección familiar, desalentando a las víctimas a hablar en contra de sus agresores cuando estos eran familiares;
- La fuerte influencia de la familia extendida y los clanes en las cuestiones de justicia informal y protección, lo cual afectaba la posibilidad de las mujeres de buscar ayuda externa; y
- Falta de oficiales policiales con entrenamiento específico para recibir y responder a los casos de violencia, lo cual contribuía a evaluaciones inadecuadas de los casos y respuestas que no respetaban ni las necesidades ni los derechos de las mujeres.
Estos factores afectaban la confianza y la percepción de las mujeres en cuanto a la protección que podían recibir de la policía. En 2008 y 2009, se impartió capacitación sobre violencia contra las mujeres (niveles 1 y 2) a 85 oficiales –incluida la policía– de diferentes fuerzas de seguridad. La capacitación fue estructurada en niveles orientados a brindar a la policía un entendimiento gradual, más profundo del problema y aumentar su capacidad para tratar los casos. Fue impartida por personal especializado de la línea de ayuda de SAWA contra la violencia, lo cual fortaleció la cooperación y coordinación entre la policía, oficiales de seguridad y la línea de ayuda.
La capacitación se complementa con esfuerzos que responden a las solicitudes de los propios oficiales de fortalecer la capacidad operativa y eficacia de las unidades de protección familiar y otros actores de seguridad, mediante planificación estratégica, desarrollo de protocolos y otros tipos de orientación para tratar casos de violencia contra las mujeres. Esta evolución de los esfuerzos de capacitación demuestra el valor del enfoque relacional y gradual de la capacitación desarrollada a los largo de los años.
Fuente: Comunicación con personal de ONU Mujeres en el territorio palestino ocupado. 2011.