- Como el trabajo sexual es ilegal y/o estigmatizado en muchos lugares del mundo, con frecuencia las trabajadoras sexuales son marginadas. Su marginación las pone en riesgo de violencia de varias maneras: pueden trabajar solas, en zonas no conocidas, y sin protección policial; pueden no tener posibilidades de desarrollar redes de apoyo que las ayuden a evitar clientes o lugares peligrosos; y pueden buscar la protección de bandas u otros que viven al margen de la ley, lo cual las pone en mayor peligro de explotación y maltrato. Las trabajadoras sexuales pueden no conocer sus derechos y puede que no reconozcan que un acto es violencia si no requiere hospitalización, lo cual disminuye la probabilidad que denuncien la violencia, a su vez limitando su capacidad de prevenir futuros actos de violencia (International HIV/AIDS Alliance, 2008; OMS, 2005b).
- Aún si las trabajadoras solicitan asistencia, pueden ser víctimas de más abuso. Dentro del sector salud por ejemplo, cuando los profesionales de la salud no están debidamente capacitados, pueden perpetuar el estigma existente en la cultura que los rodea mediante un tratamiento prejuiciado o abusivo. Los servicios de salud pueden exponer a las trabajadoras sexuales a la desaprobación, negarles el tratamiento para sus problemas de salud, imponerles la prueba obligatoria del VIH, revelar su condición de VIH y amenazarlas con denunciarlas a las autoridades. Las trabajadoras de la salud que han sido violadas o golpeada pueden ser inculpadas, o sus inquietudes pueden ser ignoradas (Montgomery, R., 1999 & Amin, A., 2004, citado en Organización Mundial de la Salud, 2005b).
- El estándar mínimo que todo servicio de salud debe respetar es no hacer daño. Por tanto es esencial que los servicios de salud capaciten al personal para tratar a las trabajadoras sexuales con el mismo respeto y compasión con los que tratarían a otras personas, y no denunciarlas a las autoridades. Sin embargo, su vulnerabilidad a la violencia sexual significa que es esencial superar ese estándar mínimo, para brindar a las trabajadoras sexuales orientación comprensiva y basada en los derechos, prueba del VIH voluntaria, y derivarlas a servicios de asistencia legal si están disponibles. Además de proporcionar toda la gama de servicios relacionados con la violencia descritos en construcción de la capacidad institucional para abordar la violencia contra las mujeres y las niñas en los hospitales, clínicas de salud, y otros centros de salud primaria o secundaria, los centros de salud deben estar preparados para:
- Brindar información a las trabajadoras sexuales sobre sus derechos y que la violencia es una violación de sus derechos.
- Brindar información a las trabajadoras sexuales sobre a dónde pueden recurrir para solicitar ayuda en temas de violencia.
- Brindar lugares seguros para informar sobre violencia con la confidencialidad y la privacidad garantizadas.
- Brindar servicios de salud cerca de los lugares de trabajo de las trabajadoras sexuales, tales como clínicas dentro de los hoteles que frecuentan.
- Promover organizaciones de trabajadoras sexuales que aboguen por la calidad de los cuidados y tratamientos médicos para las trabajadoras sexuales.
- Capacitar a quienes prestan servicios a las trabajadoras sexuales con participación de ellas mismas para que la asistencia que les brindan no sea estigmatizante.
Fuentes: OMS and Global Coalition on Women and AIDS, ONUSIDA, 2005b; ONUSIDA, 2009.
- La violencia contra las trabajadoras sexuales es uno de los factores que aumenta la epidemia del VIH en muchos países, porque la violencia contra las mujeres y las niñas está vinculada con su imposibilidad de insistir para usar condones, y en consecuencia su imposibilidad de protegerse y proteger a sus clientes. Los programas del VIH tienen un importante papel en el abordaje de la violencia. International HIV/AIDS Alliance ha documentado algunas de las formas en las cuales los servicios del VIH/SIDA pueden ayudar a abordar la violencia contra las trabajadoras sexuales al reclutarlas para participar en la capacitación de los profesionales y el desarrollo de protocolos:
- Los proyectos de VIH/SIDA pueden asistir a las trabajadoras sexuales en la organización de sesiones de capacitación para profesionales de servicios de salud, para mostrarles formas no estigmatizantes de tratar y atender a las trabajadoras sexuales. Las trabajadoras sexuales pueden trabajar con los servicios de salud para desarrollar directrices que promuevan seguridad, confidencialidad, y atención y apoyo no discriminatorios (International HIV/AIDS Alliance, 2008).
Ejemplo: Médecins sans Frontières (MSF) se enfrentó a un reto en su trabajo con trabajadoras sociales emigrantes en Svay Pak, Camboya. Desde el punto de vista de MSF, brindar solo servicios clínicos no era suficiente para asegurar la eficacia de sus esfuerzos para combatir el VIH/SIDA. Era importante encontrar formas de abordar algunos temas más amplios que afectaban la vulnerabilidad y el riesgo de las trabajadoras sociales, que no afectaran a los propietarios de los burdeles o a otros grupos poderosos como la policía. Sin embargo, estaban trabajando en un área donde las trabajadoras sociales sufrían grandes restricciones, con sus movimientos controlados por los propietarios de los burdeles y la policía. Los propietarios en general sospechaban de las actividades de cualquier organización que tratara de colaborar con las trabajadoras sexuales a pesar que les permitían asistir a los servicios clínicos. MSF por tanto trabajaba con las trabajadoras sociales para establecer un centro sin cita previa, justo encima de la clínica. El centro brindaba un espacio seguro e informal al cual podían acudir las trabajadoras sexuales al mismo tiempo que visitaban la clínica. Con el tiempo, el centro comenzó a organizar actividades grupales regulares, incluidas discusiones moderadas sobre el bienestar, las necesidades comunes de la comunidad y formas de abordarlas. Gradualmente, fue posible organizar discusiones sobre temas sensibles tales como violencia y cómo evitarla, a pesar que las moderadoras tenían mucho cuidado de permitir que estas discusiones se generaran a su propio ritmo, en lugar de forzar el tema. (Busza, J., Hom-Em, X., Ly, S., Un, S., 2001. “Petals and thorns: the dilemmas of PLA and debt bondage”, PLA Notes, 40.
Fuente: extracto de International HIV/AIDS Alliance, 2008. “Sex Work, Violence and HIV”, p. 20.
Recursos adicionales:
Sex Work, Violence and HIV. A Guide for Programmes with Sex Workers (Trabajo sexual, violencia y VIH. Guía para programas sobre trabajadoras sexuales) (International HIV/AIDS Alliance. 2008). Disponible en inglés. Ver también la página web de AIDS Alliance.
UNAIDS Guidance Note on HIV and Sex Work (Guía de ONUSIDA sobre VIH y trabajo sexual) (Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA, 2009). Disponible en inglés et francés.
The Global Network of Sex Work Projects (NSWP) (Red global de proyectos sobre trabajadoras sexuales). Visite el sitio web para ver “Violence, Repression and Other Health Threats”, (Wolffers, I. 2001) en ed. 4: Risk and Violence of Research for Sex Work. Disponible en inglés.