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Comprender los vínculos entre el VIH /SIDA y la violencia contra las mujeres y las niñas

Última editado: February 25, 2011

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  • Desde que aparecieron el VIH y el SIDA hace 25 años, el porcentaje de mujeres y niñas seropositivas ha aumentado a nivel mundial. La ‛feminización’ de la epidemia del VIH ha tenido como resultado que haya más mujeres que hombres viviendo con el VIH. En el África subsahariana, las mujeres jóvenes entre 15 y 24 años son ocho veces más propensas que los hombres a ser seropositivas. En Asia, en total, las mujeres representan una proporción creciente en las tasas de infección por VIH: del 21% en 1990 al 35% en 2009 (ONUSIDA, 2010).
  •  Los estudios muestran consistentemente una asociación estadística entre las experiencias de violencia y la infección por el VIH:
    • En todos los entornos en los distintos países, las mujeres que habían sufrido violencia infligida por la pareja eran más de dos veces más probabilidades de estar en riesgo de VIH / ITS en comparación con aquellos sin antecedentes de violencia en la pareja (Devries et al., 2010)
    • En India, las mujeres que han sufrido violencia física y sexual de sus parejas eran más propensas a ser seropositivas que aquellas que no habían sufrido violencia (Silverman, 2008)
    • En Rwanda, las mujeres que habían sido coaccionadas sexualmente por sus parejas masculinas tenían 89% más posibilidad de ser VIH positivas (Van der Straten A et al.1995 y 1998)
    • En Sudáfrica, entre las mujeres que buscaban atención prenatal, las que habían sufrido violencia física o sexual tenían 53% más probabilidad de obtener resultados positivos en el examen del VIH y aquellas que sufrían niveles altos de inequidad de género en sus relaciones tenían 56% más probabilidad que su examen del VIH tuviera resultado positivo (Dunkle, 2004).
    • En la República Unida de Tanzanía, las mujeres que solicitaban orientación y la prueba voluntariamente y habían sufrido violencia también tenían más probabilidad de ser seropositivas. Entre las mujeres menores de 30 años, aquellas que habían padecido violencia eran 10 veces más propensas a ser seropositivas (Maman, 2009).
  •  A pesar que en los últimos años ha aumentado el interés por entender el vínculo entre el VIH y SIDA y la violencia hacia la mujer, la base empírica aún es débil debido a las lagunas existentes en la información (Escuela de Salud Pública de Harvard, 2009). Esto es verdad, al menos parcialmente, debido a la naturaleza de los principales problemas que acarrea esta doble pandemia: sexo y violencia (CWGL, 2006). En muchos contextos en todo el mundo, el sexo y la violencia se consideran asuntos privados y no problemas de la comunidad o del gobierno. El silencio que normalmente rodea a esta doble pandemia dificulta el acceso de las mujeres a la información y a los servicios para recibir tratamiento, atención y prevención tanto para el VIH como para la violencia. A su vez, esto dificulta la recolección de datos fidedignos sobre la confluencia de la violencia y el VIH. (CWGL, 2006).

 

El Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para poner fin a la violencia contra la mujer invierte en evaluación y aprendizaje sobre los vínculos entre la VdG y el VIH

La limitada base emprírica en cuanto a cuáles acciones funcionan contra la violencia hacia las mujeres y las niñas y el VIH, motivó al Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas a dejar margen en el 2005 y el 2006 para otorgar subsidios para ‘reducir la doble pandemia de VIH/SIDA y violencia hacia la mujer’. Con el generoso apoyo de Johnson & Johnson, el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas implementó una iniciativa vanguardista de aprendizaje con siete de los postulantes beneficiados, quienes fueron agrupados como una ‘cohorte de aprendizaje’ para desarrollar y demostrar las prácticas eficaces en tres áreas principales para abordar las confluencias: 1) comprender e influenciar el conocimiento, las actitudes y las prácticas de los hombres y las mujeres, 2) mejorar los servicios y reducir los obstáculos para acceder al apoyo y tratamiento, y 3) establecer las bases – la Contribución de la investigación.

Los integrantes de la cohorte son:

Breakthrough (India) – En la intersección de la violencia de género – Empoderar a las mujeres contra el VIH/SIDA, y el estigma y la discriminación que acarrea la infección.

Equal Access (Nepal) – Llamado a la acción desde las bases para poner fin al estigma y la discriminación de la violencia hacia la mujer y el VIH/SIDA mediante las voces de mujeres afectadas. Vea la evaluación del impacto y un video sobre esta iniciativa.

Raks Thai Foundation (Tailandia) – Apoyo a las mujeres seropositivas para reducir y responder a la violencia sexual (SHAW).

Civil Resource Development and Documentation Centre (Nigeria) – Puentes para erradicar la violencia de género como estrategia para la prevención y reducción del estigma del VIH/SIDA. Mire un video sobre su trabajo.

Colectiva Mujer y Salud (República Dominicana) – Reducir el riesgo y la vulnerabilidad de las mujeres al VIH/SIDA y la violencia en la frontera dominicano-haitiana.

Women’s Affairs Department, Ministry of Labour and Home Affairs, Government of BotswanaReducir la doble pandemia de violencia hacia la mujer y VIH/SIDA.

Institute of Gender and Development Studies (Trinidad y Tobago) – Romper el silencio: Abuso sexual infantil e infección por VIH: Una intervención multisectorial.

 

La iniciativa hace especial hincapié en el monitoreo y la evaluación para generar pruebas empíricas en todos los proyectos, que eventualmente puedan permitir su adaptación y aumento a escala. Con este fin, desde las primeras etapas de planificación y diseño, la cohorte de beneficiarios estuvo acompañada por los mejores expertos de PATH (Programa para la tecnología adecuada en salud, Washington D.C.) que colaboran en el desarrollo de las encuestas de línea base, la selección de indicadores y herramientas para las encuestas, y el desarrollo de planes de monitoreo y evaluación, mediante el apoyo individualizado y permanente, y visitas a las localidades de los proyectos proporcionados por expertas de la Secretaría del Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas y UNIFEM en el área del VIH.

El Fondo Fiduciario ha apoyado a varios proyectos para mejorar la base empírica existente sobre los vínculos, incluida la investigación realizada por la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay sobre la feminización del VIH. Mire un video sobre su trabajo.

Infórmese sobre estas iniciativas y otras que reciben apoyo del Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas; visite la página web.

  • Sin embargo, el volumen creciente de datos sugiere que la violencia contra las mujeres y las niñas está asociada a un aumento del riesgo a contraer eI VIH. A grandes rasgos, las pruebas empíricas demuestran:
    • una considerable superposición de la prevalencia
    • la violencia de pareja como factor de riesgo para contraer la infección por VIH entre mujeres y hombres
    • la victimización violenta pasada y presente aumenta las conductas de riesgo para la transmisión del VIH
    • la violencia o el temor a la violencia de pareja como impedimento o consecuencia de la prueba del VIH
    • temor a la violencia de pareja como barrera para acceder a los servicios y adoptar medidas de prevención para la transmisión materno-infantil (PTMI)
    • la violencia de pareja como factor de riesgo de infecciones de transmisión sexual (ITS), que aumenta las tasas de infección por VIH
    • las mujeres que tienen parejas violentas tienen menos posibilidades de negociar el uso de condones y es más probable que sean agredidas si lo hacen.
    • la violencia económica puede aumentar el riesgo de adquirir el VIH al profundizar las inequidades de género y aumentar la vulnerabilidad
    • varios efectos adversos en la salud relacionados con la violencia de pareja comprometen el sistema inmunológico de las mujeres de forma que aumenta su riesgo a contraer el VIH
    • los hombres abusivos son más proclives a tener otras parejas sexuales sin que sus esposas lo sepan
    • las mujeres que han sufrido abuso sexual infantil son más proclives a tener conductas de riesgo para la transmisión del VIH en su adolescencia/edad adulta

 Fuentes: extracto de Kimberly A. Scott, Rapporteur, Planning Committee for a Workshop on Violence Prevention in Low- and Middle-Income Countries. 2008. Institute of Medicine; Escuela de Salud Pública de Harvard, 2009. Borrador final de informe; Devries et al., 2010; Maman, comunicación personal, 2010; y OMS/ONUSIDA, 2010.

 

Formas específicas de violencia y riesgo de transmisión del VIH

Tipo de Violencia

Riesgo de transmisión del VIH

Agresión sexual

La agresión sexual aumenta la vulnerabilidad a la infección del VIH entre mujeres y niñas tanto directa como indirectamente. Directamente, la agresión sexual puede causar trauma y desgarro del tejido, lo cual facilita la infección por VIH. Esto se acentúa entre mujeres jóvenes y niñas cuyo tracto reproductivo no está maduro (CWGL, 2006). Indirectamente, la amenaza de la agresión sexual disminuye las posibilidades de las mujeres y las niñas de negociar el uso de condón y/o de intentar negarse a tener relaciones sexuales (Black, 2001 citado en Ward et al., 2005; USAID y UNICEF, 2005). Sufrir agresión sexual también puede aumentar la tendencia a tener conductas sexuales riesgosas en el futuro, tales como: sexo sin protección, parejas múltiples, consumo de drogas, y trabajo sexual (Ward, 2008). Además, en muchos contextos, el estigma que acarrea la agresión sexual puede impedir que las mujeres y las niñas busquen tratamiento médico, incluida la profilaxis post exposición (CWGL, 2006).

Sexo bajo coacción

Las niñas que fueron obligadas a mantener relaciones sexuales bajo coacción son más propensas a ser seropositivas (Escuela de Salud Pública de Harvard, 2009). A nivel mundial, entre el 7 y el 48% de las mujeres jóvenes y niñas manifestaron que su primera experiencia sexual fue bajo coacción (Krug et al. eds., 2002; Reza et al./CDC y UNICEF, 2008; y OMS/ONUSIDA, 2010). Al igual que la agresión sexual, la coacción sexual a menudo implica relaciones de poder desiguales, las cuales limitan el control de la mujer o niña para usar preservativos o tomar otras medidas para protegerse contra la infección por VIH. En algunas partes del mundo, los hombres mayores que seducen a las niñas para obtener favores sexuales a cambio de comida, dinero, y/o regalos, con frecuencia prefiere explotar a las que creen que son vírgenes y por tanto seronegativas (Ward, 2008). Si estos hombres no usan protección, ponen a las niñas en peligro de contraer el VIH. Las adolescentes que han sufrido coacción sexual también pueden ser más proclives a no usar métodos anticonceptivos y a tener embarazos no deseados.

Violencia de pareja

En los casos de violencia de pareja, la desigualdad de poder en la relación sexual está vinculada al riesgo de transmisión del VIH (Jewkes et al., 2010). Por ejemplo, cuando hay violencia en la pareja, el miedo a la violencia y al maltrato puede impedir que las mujeres y las niñas negocien para tener relaciones sexuales seguras, aún cuando temen que su pareja pueda ser seropositiva. Esto es especialmente peligroso ya que los hombres abusivos son más proclives que los hombres no abusivos a tener múltiples parejas sexuales, ser adúlteros, y tener síntomas de ITS, (Dunkle et al., 2005 & Martin et al., s.f. citado en Makunda, 2009). Un estudio usó datos de 96 países para demostrar que las mujeres que sufren violencia de pareja tienen el doble de probabilidad de contraer el VIH (Watts citado en Hale y Vásquez/Development Connections, International Community of Women Living with HIV/AIDS y ONU Mujeres, 2011).  

Matrimonio precoz

Debido a factores biológicos, las esposas jóvenes son más vulnerables físicamente que las mujeres maduras a contraer infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH de una pareja seropositiva—un peligro que aumenta debido a que las jóvenes tienen menos probabilidades que las mujeres mayores de negociar prácticas sexuales seguras (Ward, 2008). Un estudio realizado en Rwanda halló que un 25 por ciento de las adolescentes que quedaban embarazadas a los 17 años o menos, eran seropositivas, aunque muchas informaban que mantenían relaciones sexuales solo con sus esposos. Según el estudio, cuanto menos edad al tener relaciones sexuales y su primer embarazo, mayor la incidencia de infección por VIH (Extracto de USAID y UNICEF, 2005, p. 9 cita de UNICEF 1994 en Black, 2001 citado por Ward et al., 2005). Además, un estudio realizado en Uganda, descubrió que las adolescentes entre 13 y 19 años seropositivas, tenían el doble de probabilidad de estar casadas que sus pares seronegativas (Otoo-Oyortey y Pobi, 2003 citado por Ward et al., 2005).

Trata de personas

Las epidemias de infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, han aumentado la demanda de sexo con niñas, porque es menos probable que estén infectadas. Mientras que no se dispone de datos generales sobre el riesgo de transmisión del VIH asociado a la trata de personas, la explotación sexual es un factor de alto riesgo del VIH (Ward, 2008). 

Mutilación/ablación genital femenina/

 

La mutilación/ablación genital femenina también puede contribuir al riesgo de infección por VIH entre mujeres y niñas. Esto se debe a que a veces se usan instrumentos sin esterilizar para practicar estos procedimientos y, también, porque la vulva lacerada o seca de una mujer a quien se le ha practicado la mutilación genital tiene más probabilidades de ser sufrir lesiones durante el coito, lo cual puede facilitar la transmisión si la pareja es seropositiva (Centre for Reproductive Rights, 2005 citado en Ward, 2008). Cada año, más de 3 millones de niñas están en riesgo de MGF (OMS, 2008a).

Para obtener estadísticas por país sobre MGF, vea: Multiple Indicator Cluster Survey (UNICEF), Demographic and Health Surveys (MEASURE) y Mutilación/ablación genital femenina: Datos y tendencias (Population Reference Bureau, 2010).

Para obtener más información y herramientas para que los profesionales médicos aborden la MGF, vea la página web de la Organización Mundial de la Salud sobre mutilación genital femenina y otras prácticas dañinas. 

Otras tradiciones nocivas

Existen tradiciones alrededor del mundo que apoyan e intensifican la violencia contra las mujeres y las niñas, y pueden contribuir a la transmisión del VIH. Estas incluyen:

  • La poligamia: cuando una persona tiene más de un cónyuge. En la mayor parte del mundo, la práctica más común de poligamia es la poliginia, cuando un esposo tiene varias esposas. El sexo sin protección con múltiples parejas concurrentes es un factor de riesgo comprobado para la transmisión del VIH, y en los casos de poliginia el esposo puede no usar preservativos con sus esposas.

Las mujeres entregadas en herencia: cuando una viuda es entregada a un miembro de la familia del esposo fallecido. Los casos de mujeres entregadas en herencia generalmente implican relaciones desiguales de poder, en las cuales una mujer o niña puede ser obligada a cumplir con esta tradición. Esta falta de poder puede aumentar las probabilidades que ocurra agresión sexual o sexo coaccionado. Estas relaciones desiguales de poder también pueden limitar el control que puede tener una mujer para usar preservativos o tomar otras medidas para protegerse contra la infección por VIH.

  • La limpieza de la viuda: cuando una viuda reciente debe tener relaciones sexuales con un miembro de la familia de su marido fallecido o con un miembro de la comunidad como parte de un ritual de limpieza luego de la muerte. Esta tradición pone énfasis en que el coito se practique sin protección. Esta práctica aumenta el riesgo de transmisión de VIH debido a: a) las relaciones desiguales de poder en las cuales la mujer o niña puede ser obligada a cumplir con el ritual, y b) el no uso de preservativos.

Discriminación en las leyes de propiedad y de sucesión

En algunas partes del mundo, la propiedad tradicionalmente se hereda por línea paterna. A causa de estas tradiciones, incluso las mujeres que heredan propiedades pueden correr el riesgo de ser desalojadas o que la familia extendida ‘arrebate la propiedad’ (Ward, 2008). Los impactos del VIH/SIDA, por ejemplo la muerte prematura del marido, pueden acelerar la desheredación y/o el arrebato de la propiedad. Esta práctica es especialmente dañina para las viudas y sus hijas e hijos ya que la vulnerabilidad económica que acarrea puede llevarlos a situaciones de riesgo de transmisión. Por ejemplo, las niñas huérfanas por el VIH que se convierten en jefas de hogar pueden verse obligadas a realizar trabajo sexual para sobrevivir y mantener a sus hermanos y hermanas (Fleishman, 2002).  

Discriminación en la educación

 

La falta de educación en las mujeres parece tener un efecto sobre su vulnerabilidad al VIH: según un estudio, “las mujeres que tienen al menos educación primaria tienen tres veces más probabilidad de estar informadas sobre la transmisión materno-infantil” y “la educación secundaria completa estaba asociada a menor riesgo de contraer el VIH, mayor uso de preservativos y menor cantidad de parejas sexuales, en comparación con solo la educación primaria completa.” (Banco Mundial, 2002, y Boler y Hargreaves, 2006, en Action Aid, 2007 citado en Ward, 2008). 

 

  • Así como la violencia contra las mujeres y las niñas puede aumentar el riesgo de transmisión del VIH, la infección por VIH también puede aumentar el riesgo de violencia contra las mujeres y las niñas y empeorar los efectos de otras formas de discriminación de género. Un estudio llevado a cabo en cuatro países en Asia y el Pacífico descubrió que las mujeres seropositivas son más propensas que los hombres a sufrir discriminación, violencia y ser obligadas a abandonar sus hogares (Amnistía Internacional, 2004, citado en CWGL, 2006). En todo el mundo muchas mujeres han manifestado haber sufrido diferentes formas de violencia luego de haber notificado su condición seropositiva, y también luego de haber revelado que se sometieron a la prueba del VIH (Escuela de Salud Pública de Harvard, 2006). El temor a estas repercusiones puede impedir que una mujer se haga la prueba, revele su condición y/o busque tratamiento, atención y apoyo.
  • Las mujeres seropositivas sufren varias formas de violencia a causa de su condición – maltrato físico, psicológico y económico, además son rechazadas o marginadas por su familia y la comunidad; desalojadas de sus hogares y despojadas de sus bienes; se les prohíbe ver a sus hijos e hijas y se les obliga a la esterilización; reciben maltrato del personal sanitario; pierden su medio de vida y las oportunidades de trabajo; sufren maltrato por parte de la policía incluida la extorsión (Hale and Vásquez, 2010).

Para ver y escuchar sobre las experiencias de mujeres seropositivas, vea los videos producidos por Salamander Trust.

  • Dadas las intersecciones detectadas entre las pandemias de la violencia contra las mujeres y las niñas y el VIH/SIDA, es claro que la integración de los programas de prevención y respuesta requiere de un proceso de doble vía donde:

a)    Los programas contra el VIH incorporan intervenciones para poner fin a la violencia hacia mujeres y niñas; y

b)   Los servicios para casos de violencia hacia las mujeres y las niñas incorporan intervenciones contra el VIH

Ejemplo: El Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR) comenzó en el 2003 y, a la fecha, es el mayor esfuerzo en la historia que un solo país ha hecho para combatir una sola enfermedad. Durante los primeros cinco años, el plan se concentró en instaurar y aumentar a escala los programas de atención preventiva y de tratamiento en entornos de pocos recursos. Al reconocer que abordar los asuntos de género es un componente esencial para reducir la vulnerabilidad tanto de mujeres como hombres ante la infección del VIH, el Plan de Emergencia del Presidente para el alivio del SIDA integra el género mediante su transversalización en las siguientes cinco áreas estratégicas: 1) Aumento de la equidad de género en los programas y servicios de prevención y atención del VIH/SIDA, 2) Reducción de la violencia y la coacción, 3) Abordaje de las normas y conductas masculinas, 4) Aumento de la protección legal de las mujeres, y 5) Aumento del acceso de las mujeres a ingresos y recursos productivos.

Vea la estrategia quinquenal (2009-2014) del Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del Sida.

Vea el informe 2006 sobre Violencia de género y VIH/SIDA.

Del 2007 al 2010, PEPFAR apoyó una iniciativa para ampliar la base empírica y mejorar los servicios de atención a la violencia de género en Rwanda, Sudáfrica y Uganda.

Para leer más sobre esta iniciativa, vea el informe de AIDSTAR-One y la reseña del proyecto producida por el Consejo de Población, asociado en la implementación.

Descargue el estudio de línea de base, los informes y las herramientas relativas a esta iniciativa del sitio web del Consejo de Población.

Vea Gender-based Violence and HIV: A Prpgram Guide for Integrating Gender-based Violence Prevention and Response in PEPFAR Programs. 2011, by USAID’s AIDS Support and Technical Assistance Resources, AIDSTAR-One, Task Order 1.

Ver la violencia de género y el VIH: lecciones extraídas de la Iniciativa de PEPFAR, en Tanzania. 2012, por el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales. Disponible en Inglés.

En 2010, PEPFAR asignó USD 30 millones para aumentar a escala la programación de prevención de la violencia de género en la República Democrática del Congo, Mozambique y Tanzanía.

Fuente: extracto del sitio web de PEPFAR y AIDSTAR-One.

 

Estudio de caso: Liverpool Voluntary Counseling, Care and Treatment (LVCT) en Kenya aborda las intersecciones

Se trata de una organización no gubernamental líder en la integración de intervenciones de género y de violencia hacia las mujeres y las niñas a las políticas y programación en Kenya, especialmente mediante el desarrollo, la implementación, la evaluación y el aumento a escala de servicios integrales de atención post violación.

Una fase diagnóstica inicial de investigación operativa reveló que la situación de los servicios de atención post violación en la comunidad se caracterizan por el escaso conocimiento por parte de la comunidad sobre las diferencias entre coito forzado, bajo coacción y consensual; la falta de marcos regulatorios, políticas o sistemas estándares de documentación; prestación de servicios inconsistente de intervenciones médicas y psicosociales; y capacidad humana y técnica limitada.

Como respuesta, el programa desarrolló un piloto de atención estándar para las sobrevivientes de violación en tres distritos hospitalarios diferentes, con servicios de orientación y tratamiento voluntarios. Los estándares incluían protocolos para los exámenes físicos, documentación legal, gestión clínica y orientación; rutas y asistentes para el flujo de pacientes; y un kit post violación que contiene los medicamentos esenciales (PPE, anticoncepción de emergencia y tratamiento para las ITS) y un kit para recolectar evidencia. El estándar también introduce una cadena de custodia de la evidencia, y herramientas estándar para la recolección de datos y el monitoreo.

En la fase de evaluación inicial, 84% de las 784 sobrevivientes atendidas en tres localidades piloto llegaron dentro del margen de 72 horas para recibir la PPE; 99% de las usuarias elegibles recibieron medicación. Cabe destacar que las sobrevivientes que recibieron orientación inicial para el trauma y el VIH eran más propensas a tomar toda la medicación de la PPE al VIH. Desde entonces, esos servicios han sido aumentados a escala para incorporar servicios integrales de atención post violación dentro de los servicios para el VIH en los centros estatales. El servicio integral que se ofrece, incluye atención psicosocial a largo plazo, orientación pre y post prueba del VIH, orientación para la adhesión al PPE y preparación para interaccionar con el sistema de justicia penal.

Un elemento importante para promover el aumento a escala, fue un estudio para estimar el costo de aumentar a escala los servicios dentro de los marcos de las políticas y los estándares existentes. Estas estimaciones proporcionaron las bases para solicitar al Ministerio de Planificación y Finanzas los fondos necesarios para el aumento a escala. El análisis costo-beneficio resultó ser una herramienta importante en la campaña de incidencia para que quienes son responsables de formular políticas asignen fondos para el inicio de la intervención.

Lea más acerca de los servicios de atención post violación, el modelo de salud pública.

Descargue National Guidelines on Management of Sexual Violence in Kenya.

Descargue Trainer´s Manual for Rape Trauma Counsellors in Kenya.

Visite el sitio web de LVCT.

 

Fuente: extracto de Maman et al., 2006. Addressing Violence against Women in HIV Testing and Counseling: A Meeting Report. Ginebra, Suiza. OMS, p. 17 y Addressing violence against women and HIV/AIDS What works? 2010. OMS y ONUSIDA.

 

Recursos adicionales:

Addressing Violence against Women and HIV/AIDS: What Works? (Abordaje de la violencia contra las mujeres y el VIH: ¿Qué funciona?) (OMS y ONUSIDA, 2010). Disponible en inglés. 

Sitio web: Gender and HIV/AIDS. ONU Mujeres en colaboración con ONUSIDA ha desarrollado este extenso portal sobre el VIH/SIDA para brindar información actualizada acerca de las dimensiones de género de la epidemia del VIH/SIDA. El sitio busca promover una mayor comprensión, intercambio de conocimientos, y acciones sobre el VIH/SIDA como asunto que concierne al género y a los derechos humanos. Disponible en inglés.  

What Works for Women and Girls: Evidence for HIV/AIDS Interventions (Qué funciona para las mujeres y las niñas: Pruebas empíricas para las intervenciones sobre el VIH/SIDA). Open Society Institute (OSI) hizo su lanzamiento en la XVIII Conferencia Internacional sobre el SIDA con presentaciones de las autoras Jill Gay, Karen Hardee, Melanie Croce-Galis y Shannon Kowalski. Se trata de una extensa revisión de los programas sobre VIH para mujeres y niñas que han tenido éxito. Abarca 2.000 artículos e informes con datos de más de 90 países. Publicado por el programa de salud de OSI, este valioso recurso contiene —centralizados y disponibles—pruebas empíricas de programación exitosa específicamente para el género, de programas y estudios a nivel mundial, con énfasis en el Sur Global. Disponible en inglés.

AIDStar-One: AIDS Support and Technical Assistance Resources (Recursos de apoyo y asistencia técnica para el SIDA) (USAID). Este sitio web proporciona una base de datos prometedora, incluidos programas orientados a reducir la violencia y la coacción. Disponible en inglés.  

PortalSIDA (UK Consortium on AIDS). Este sitio web propicia el intercambio y las redes de conocimiento en respuesta al VIH y SIDA, proporcionando enlaces a literatura herramientas, organizaciones y personas. Disponible en inglés y español.  

HIV/AIDS and Gender-Based Violence Literature Review (Revisión de literatura sobre VIH/SIDA y violencia de género) (Escuela de Salud Pública de Harvard, Programa sobre Salud y Derechos Humanos Internacionales, 2006). Disponible en inglés.