Dentro del sector de seguridad, la policía puede ser el primer punto de contacto para los sobrevivientes de la violencia y es crucial que estén equipados para responder adecuada y sensiblemente a las necesidades y derechos de mujeres y niñas. Los servicios policiales constituyen partes fundamentales para garantizar la inmediata seguridad de los sobrevivientes y cumplen un importante rol en hacer que los perpetradores asuman la responsabilidad de sus acciones. Las respuestas dadas por la policía y cualquier otro personal uniformado a los sobrevivientes puede o bien animar a las mujeres y niñas a denunciar un incidente de violencia o puede desanimarlas de pedir ayuda a la policía del todo. Sumado a la protección inmediata y en curso (e.g. en respuesta ante la repetida frecuencia de la violencia y a órdenes de protección), los servicios policiales incluyen tanto la investigación como la adecuada documentación de los casos.
Estrategias
- Institucionalizar la capacitación para toda la policía durante el desempeño de su servicio y la capacitación de los reclutas, previo a sus servicios.
- Establecer unidades específicas o puntos focales (´mesas de trabajo de género´) dentro de las oficinas/estaciones con personal especialmente capacitado como una estrategia de corto plazo (hasta que un cambio institucionalizado pueda ser implementado a lo largo de todo el sector, incluyendo la capacitación previa al servicio). En esas unidades, los oficiales pueden ser de composición totalmente femenina o ser de composición mixta.
- Desarrollar unidades de centralizadas de servicios múltiples que cuenten con personal policial para ayudar a los sobrevivientes a denunciar incidentes de violencia, de modo que puedan acceder inmediatamente a los servicios de salud, refugio y ayuda legal.
- Fortalecer la colaboración entre la policía y las ONGS que sirven a sobrevivientes.
- Apoyar las políticas desarrolladas nivel de la comunidad cuando los servicios formales y los recursos son limitados. Dentro de las comunidades, las redes locales de hombres y mujeres pueden servir como un sistema de alarma voluntario y de apoyo a los sobrevivientes para que denuncien la violencia y busquen la atención adecuada.
- Promover un incremento en el número de mujeres dentro del personal (en todos los niveles) que estén capacitadas para tratar la violencia contra las mujeres y niñas, respaldando contrataciones y políticas de personal que no discriminen a las mujeres y que incluyan políticas familiares flexibles para ayudar a conservar y promover personal femenino, entre otras medidas que promuevan un sistema amplio de equidad de género.
- Es crucial lograr que el liderazgo o el personal de la alta dirección adquiera compromisos, debiendo ello ser priorizado como una inversión para garantizar respuestas policiales efectivas en el tratamiento de la violencia contra mujeres y niñas.
- Las actividades de proyección social en la comunidad son importantes para lograr una sensibilización en cuanto a las respuestas policiales, para mejorar el nivel de confianza hacia la policía y para respaldar la tolerancia cero frente a la violencia contra las mujeres.
Lecciones aprendidas:
- Deben incorporarse en los sistemas de aplicación de las leyes, políticas, procedimientos y protocolos sobre los derechos humanos de las mujeres y sobre la violencia contra mujeres y niñas, que sean coherentes y uniformes.
- Deben desarrollarse protocolos sobre las obligaciones de los funcionarios encargados de la aplicación de la ley, incluyendo procedimientos para la protección y respuesta ante la violencia, la documentación de casos y el brindar la derivación efectiva a los sobrevivientes de la violencia.
- Puede ocurrir que los ´garantes de derechos´ dentro del sector de seguridad (e.g. personal policial, militar y otro personal uniformado), desde el personal de más alto nivel hasta el personal administrativo, no sean sensibles a asuntos de género, no sean conscientes de sus obligaciones ante la ley o no estén informados sobre qué respuestas son adecuadas en el tratamiento de sobrevivientes y perpetradores. Lo ideal es que la policía tenga una capacitación previa a su servicio y durante el desempeño del mismo para prevenir la revictimización y para animar a las mujeres y niñas a buscar ayuda. Sin la adecuada capacitación, la policía puede desanimar a los sobrevivientes de pedir ayuda y puede fracasar en lograr que los perpetradores asuman la responsabilidad por sus acciones.
- Contar con Mesas de Trabajo de Género, unidades especializadas, puntos focales para la violencia basada en el género en las estaciones policiales, y unidades compuestas exclusivamente por personal femenino puede en el corto plazo incrementar el número de denuncias y ampliar el acceso de las mujeres a los servicios (e.g. consejería, contraconcepción de emergencia, profilaxis posterior a la exposición, ayuda legal y otras ayudas sociales y económicas) pero sólo si tienen el suficiente financiamiento y dotación de personal.
Sin embargo, tal como lo muestra un estudio regional en Latinoamérica (donde fueron establecidas por primera vez), las mesas de trabajo de género o unidades especializadas, en el largo plazo pueden encontrar que:
- El índice de condenas no han aumentado;
- Estas unidades no son parte de enfoque se sistemas amplios y no son respaldadas por una suficiente inversión en capacitación y recursos profesionales;
- Separan la responsabilidad de tratar la violencia para que se realice en áreas especiales de personal, obligando a las mujeres a acudir únicamente a estas unidades, de modo que la violencia basada en el género queda marginada de la responsabilidad de toda la policía;
- Los oficiales de sexo femenino no tienen necesariamente mejores actitudes hacia las mujeres abusadas;
- Las respuestas judiciales débiles y la impunidad de los perpetradores conducen a que existan bajas tasas de procesos judiciales, a pesar del aumento de denuncias; y,
- Es particularmente complicado implementar estas unidades o estaciones en áreas rurales, donde el personal e infraestructura son limitados para responder adecuadamente a las necesidades de los sobrevivientes. (Jubb y Izumino, 2003; Morrison, et al., 2007)
- Las reformas que puedan hacerse en el sector de seguridad brindan una oportunidad para incorporar la violencia contra las mujeres a lo largo de todo el sector de una manera institucionalizada.
- Las intervenciones realizadas con instituciones pertenecientes al sector de seguridad (tales como la policía) requieren una valiosa inversión de tiempo para lograr la aceptación institucional y llegar a la masa crítica policial.
- La desconfianza de la comunidad hacia la policía y la impunidad de los delitos cometidos por los policías necesita ser abordado (especialmente en situaciones de conflicto o posteriores a éste) junto a esfuerzos para el desarrollo de la capacitación y de protocolos de respuesta, a fin de mejorar la demanda y uso de los servicios policiales por parte de los sobrevivientes.
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Algunos Recursos Ilustrativos: