Invertir en la equidad de género y en el empoderamiento de la mujer

Última editado: October 31, 2010

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Opciones
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Siendo la inequidad de género  una de las raíces de la violencia contra las mujeres y niñas, resultan crucial desarrollar esfuerzos a largo plazo para mejorar los derechos,  el nivel de desarrollo humano, así como las oportunidades y elecciones de las mujeres, mientras las normas sociales negativas y los valores relacionados a  los roles de hombres y mujeres son abordados al interior de la comunidad a una gran escala,  para así reducir el riesgo de experimentar y  escapar del abuso en el corto plazo, así como para la eliminación total de la violencia contra las mujeres. (WHO, 2009) Sumado a las inversiones cuyo objetivo directo es prevenir o responder ante la violencia contra las mujeres y niñas, también es necesario realizar, en el largo plazo, inversiones estratégicas más amplias en cuanto a la equidad de género. Tales inversiones incluyen:

  • Asegurar que todas los derechos humanos y las libertades fundamentales de las mujeres y niñas son respetadas, protegidas y cumplidas, incluyendo : ratificar sin reservas todos los tratados de derechos humanos, incluyendo, en particular, la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y su Protocolo Opcional; asegurar que las mujeres conocen sus derechos y son empoderadas para demandarlos y ejercerlos; educar a hombres y mujeres, niños y niñas sobre los derechos humanos de las mujeres así como sobre su responsabilidad de respetar el derecho de otros; asegurar que las mujeres tienen acceso a la justicia e igual protección de la ley y que los perpetradores de la violencia contra las mujeres no gocen de impunidad; reconocer y proteger los derechos humanos de las mujeres relacionados al control sobre sus cuerpos y su sexualidad; y asegurar los derechos de las mujeres a la herencia, propiedad, vivienda, seguridad social, entre la gama existente de  derechos económicos y sociales. (Asamblea General de las Naciones Unidas, 2006)
  • Mejorar el acceso de las niñas a educación de calidad y educación, especialmente  en el nivel secundario o superior. La educación para las niñas puede servir como un factor de protección al aumentar su conocimiento, habilidades y oportunidades, lo cual puede ayudar a evitar matrimonios tempranos y matrimonios forzados, y asimismo puede favorecer al goce de mejores posibilidades de evitar o escapar de abuso dentro de la pareja íntima. Los niveles de educación altos también son asociados a mejores oportunidades de trabajo y de generación de ingresos, lo cual   además sirve como factor de protección.
  • Aumentar el acceso y control de las mujeres sobre los recursos económicos, incluyendo ingresos y  activos tales como la tierra y la propiedad. Lograr el acceso a ingresos implica asegurar el derecho de las mujeres a ser dueñas, a heredar y usar la tierra y sus propiedades, así como asegurar sus oportunidades de  trabajar en espacios más seguros, con iguales salarios y protecciones contra la explotación y el abuso. Mejorar  las condiciones laborales de las mujeres y su acceso a activos económicos tales como tierras agrícolas y otros recursos usados por actividades productivas puede contribuir a mayores apoyos económicos y estándares de vida para sus familias, a través de la reinversión de ganancias y crecientes niveles de productividad, en beneficio de sus familias y del ámbito nacional. (UNFPA. 2005) Investigaciones han demostrado que el poder masculino  a nivel económico y de la toma de decisiones está altamente correlacionado con el abuso contra las mujeres. El abuso es más probable que se produzca cuando existe claramente una pareja dominante masculina; con hombres que han crecido en familias donde ellos son los que dominan y donde las nociones a nivel de la comunidad  respaldan la idea de que ellos son los proveedores primarios del sustento familiar y los controladores de la riqueza. (Heise, 1999) La existencia de dominio y control masculino durante las relaciones de enamoramiento o noviazgo son elementos que fuertemente llevan a predecir la  violencia dentro de una pareja íntima. Las mujeres que están en relaciones abusivas frecuentemente se quedan en ellas por ser económicamente  dependientes de su pareja y por carecen de otras alternativas económicas. Por ello, aumentar el acceso y control de las mujeres sobre los recursos económicos puede ayudarlas  a escapar del abuso y además puede brindarles  opciones para que ellas puedan ingresar a las relaciones en sus propios términos y  en mayor igualdad de condiciones.
  • Promover una masa crítica de mujeres que puedan  ejercer sus derechos políticos y participar en la toma de decisiones políticas a nivel local, nacional e internacional. La creciente representación y participación de las mujeres en la política y en las instituciones contribuye a tener una gobernabilidad mejorada y una política que trate temas claves como la educación, salud y otros sobre desarrollo, así como a disminuir los niveles de corrupción. (Swamy A, et al., 2001; Banco Munidal, 2001; UN Millennium Project, 2005, citado UNFPA, 2005).  Las mujeres que ocupan cargos de toma de decisiones pueden ayudar a la incidencia y a la implementación de normas, políticas y programas para tratar la violencia contra las mujeres y niñas. La presencia de las mujeres en ciertos sectores, tales como seguridad (como personal policial o militar) y salud (como proveedores de cuidados) puede crear un ambiente propicio  para que las mujeres se sientan más cómodas para hacer sus denuncias y para buscar ayuda ante el abuso  perpetrado en su contra.
  • Abordar  las normas socioculturales y actitudes en cuanto a los roles y posición de hombres y mujeres dentro del hogar y la comunidad, y que  perpetúan  la inequidad de género dentro de la sociedad, a través de intervenciones integrales multisectoriales que involucran a líderes claves (líderes tradicionales, religiosos o comunitarios, entre otros), quienes puedan influir en aquellas  actitudes perjudiciales, opiniones y prácticas que mantengan un trato inequitativo de las mujeres y hombres y que además perpetúen la violencia contra las mujeres y niñas. (Victoria Health Promotion Foundation, 2007; UNFPA, 2005)

Cambios positivos en estas áreas pueden ayudar al empoderamiento de las mujeres y niñas al expandir sus oportunidades de desarrollo y al mejorar su bienestar económico, político y social (y el de sus dependientes), lo que puede reducir su vulnerabilidad hacia la violencia y puede aumentar su potencial para vivir una vida libre del abuso por un largo plazo. Por ejemplo, vea Invertir en la igualdad de género para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas (ONU Mujeres, 2010); disponible en árabe, inglés, francés, y español.