- Las normas sociales, la cultura y las creencias pueden ejercer un significativo poder sobre la conducta individual.
- Los programas deben examinar normas culturales relevantes e integrarlas de modo adecuado en los marcos de intervención para asegurar que aquellas actitudes que aprueban la violencia, a la que consideran una “práctica tradicional” o “inherente” a la comunidad, sean discutidas abiertamente entre los diversos involucrados, incluyendo a los líderes pero también a los grupos marginados dentro de la comunidad. Es crucial poder entender estas fuerzas a fin de desarrollar enfoques programáticos que sean efectivos y adecuados, aunque la cultura nunca debe ser usada para justificar la discriminación o violencia.
- Las intervenciones deben identificar cuáles son las instituciones y los puntos de entrada estratégicos y culturalmente relevantes, así cómo deben involucrar a líderes culturales, comunitarios, religiosos u de otra índole. Estos líderes pueden permitir una mejor comprensión de las perspectivas comunitarias existentes para informar sobre aproximaciones y estrategias programáticas, y al ser involucrados pueden influir en las opiniones, valores y conductas del público, a fin de lograr el rechazo a la violencia.
Emplear medidas adecuadas culturalmente
Última editado: October 31, 2010