Utilice un lenguaje que:
Repercuta positivamente en los hombres;
No culpe a todos los hombres por las acciones de los agresores;
Aliente la participación positiva promoviendo el papel constructivo que pueden desempeñar los hombres, por ejemplo, en la prevención del VIH, el cuidado de los niños o como observadores que intervienen ante situaciones de violencia (Ruxton, 2004).