- La planificación e implementación de un proyecto, programa o intervención requiere de múltiples fases interconectadas e igualmente importantes, como ilustra el diagrama siguiente: diagnóstico, planificación, implementación, supervisión y revisión o evaluación. Hay que tener en cuenta todas estas fases desde el principio de cualquier iniciativa de diseño de programas, particularmente las de supervisión y evaluación, que históricamente han sido los elementos más débiles del ciclo del proyecto en intervenciones contra la violencia contra las mujeres y las niñas en situaciones de emergencia humanitaria.
Fuente: UNFPA, 2011. Curriculum Guide for Coordination of Multi-Sectoral Response to Gender-Based Violence in Humanitarian Settings, p. 153.
Recurso adicionale:
Para más información sobre el ciclo del diseño del proyecto, véase el módulo cuatro de Vann, B., 2004. Training Manual Facilitator’s Guide: Multisectoral and Interagency Prevention and Response to Gender-based Violence in Populations Affected by Armed Conflict. Arlington: Consorcio para el Cuidado de la Salud Reproductiva en los Conflictos, Proyecto internacional de apoyo técnico a la violencia por motivos de género y JSI Research and Training Institute. Disponible en inglés.
- Toda programación dirigida a poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas debe empezar con una evaluación que permita a la organización comprender los factores específicos que influyen en este tipo de violencia en un contexto determinado, como:
- formas predominantes de violencia contra las mujeres y las niñas;
- factores de riesgo y de protección relacionados con la victimización;
- factores de riesgo y de protección relacionados con los crímenes cometidos;
- cómo las sobrevivientes, su familia y los miembros de su comunidad perciben los tipos de violencia y sus causas y consecuencias;
- servicios disponibles existentes, así como cualquier obstáculo o dificultad para acceder a ellos;
- contexto y localización de los diferentes tipos de violencia contra las mujeres y las niñas;
- comportamientos de búsqueda de ayuda;
- un desglose de los diferentes perfiles de las mujeres y niñas que buscan apoyo;
- vulnerabilidades concretas de las poblaciones marginadas de mujeres y niñas, como las mujeres con discapacidades, las personas LBTI, las minorías étnicas o religiosas, las mujeres jóvenes, las mujeres ancianas, etc.;
- prestadores de servicios actuales y potenciales, donantes.
- En situaciones de conflicto y posteriores a un conflicto, al diseñar y llevar a cabo evaluaciones se puede fijar como prioridad la inclusión de las siguientes etapas básicas, que permiten una evaluación más rápida de las necesidades y que se pueden resumir como un procedimiento para determinar “qué sabemos, qué necesitamos saber y cómo podemos conseguir esa información” (Comité Internacional de Rescate, 2012, p. 28):
- Identificar información sobre la violencia contra las mujeres y las niñas y otras evaluaciones (planificadas o completadas) existentes, mediante la coordinación con otros actores del ámbito de la violencia contra las mujeres y las niñas, y otros organismos humanitarios.
- Determinar qué objetivos, parámetros y alcance tendrá la evaluación, en particular la población y la comunidad a las que va dirigida.
- Determinar los recursos humanos y financieros disponibles y fijar el calendario necesario para realizar la evaluación.
- Disponer la metodología a utilizar, ya sea cualitativa, cuantitativa o una mezcla de ambas.