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Última editado: August 14, 2013

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  • Las Directrices del IASC sobre la violencia por motivos género describen acciones dirigidas a las organizaciones que implementan programas de salud en fases tempranas de una situación de emergencia, y destacan la importancia de nombrar a coordinadores procedentes del sector de la salud para participar en la coordinación de las cuestiones de violencia de género. Las principales acciones encaminadas a garantizar el acceso a servicios sanitarios básicos tienen gran relevancia para el personal que trabaja en asuntos de violencia de género. Estos deben trabajar en estrecha colaboración con los actores de la salud y respaldar la creación de servicios así como cualquier actividad de promoción relacionada. Estas acciones son:
    • Implementar el PSIM.
    • Realizar o participar en análisis situacionales rápidos de los servicios de salud. Esto debería incluir la accesibilidad, disponibilidad y capacidad de los servicios sanitarios para atender las necesidades de las mujeres y las niñas. (Véase el apartado sobre Evaluación.)
    • Garantizar la disponibilidad de los servicios de salud para todas las mujeres y niñas, incluidas las mujeres LBT, las mujeres y niñas con discapacidades, y otras mujeres y niñas marginadas. Esto supone garantizar puntos de acceso adecuados para adultos, adolescentes y niños sobrevivientes, así como proporcionarles acceso a trabajadores sanitarios del mismo sexo y del mismo idioma, tal como indica el PSIM.
    • Motivar y apoyar al personal. Esto incluye garantizar el acceso del personal sanitario a recursos técnicos y materiales adecuados.
    • Implicar e informar a la comunidad. Esto supone implicar a las mujeres en la toma de decisiones y dar a conocer a la comunidad, tanto a mujeres como a hombres, la disponibilidad de los servicios y las consecuencias negativas de la violencia de género.
    • Establecer un protocolo aprobado para la atención a los sobrevivientes de la violencia sexual y asegurar que todos los servicios de salud estén capacitados para ponerlo en práctica. El personal que trata problemas de violencia de género puede abogar por servicios de calidad, de acuerdo con los protocolos establecidos, así como promover y respaldar la formación del personal médico(Extracto del Comité Internacional de Rescate, 2012).