- Las intervenciones relativas al desarrollo de programas para las poblaciones especialmente marginadas han de diseñarse y llevarse a cabo desde una perspectiva holística. Los trabajadores humanitarios deberían incorporar medidas de protección frente a la violencia contra las mujeres y las niñas para los grupos marginados. Es necesario reforzar la colaboración entre los sectores de la justicia, la salud, la seguridad y los servicios sociales. Asimismo, es esencial trabajar con las organizaciones de mujeres a fin de garantizar la promoción de los derechos de todas las mujeres.
- Es necesario concienciar a los que prestan servicios sobre las cuestiones de género, sexualidad y derechos humanos. Asimismo, los prestadores de servicios han de participar en actividades de capacitación sobre enfoques orientados a los sobrevivientes, a fin de atender las necesidades de las poblaciones marginadas.
- Es necesario fomentar el intercambio de conocimientos y recursos entre los actores internacionales, regionales y subregionales, a fin de disponer de un acervo de conocimientos relativo a las mejores prácticas y estrategias que permita atender las necesidades de las mujeres y las niñas marginadas.
- Para hacer frente a los riesgos de la violencia, han de tenerse en cuenta las múltiples identidades de las mujeres y las niñas. Por ejemplo, una mujer lesbiana con discapacidad se enfrenta a problemas específicos, relacionados con su orientación sexual, su discapacidad y su género, que son únicos y distintos a los problemas que tiene una mujer lesbiana sana.
Herramientas adicionales
La Herramienta para identificar personas en mayor riesgo y la Guía para el usuario fueron desarrolladas con el objetivo de mejorar la efectividad del ACNUR en identificar a refugiados en riesgo, mediante un enlace entre las metodologías de enfoque comunitario/diagnóstico participativo con diagnósticos individuales. Fue diseñada para ser utilizada por funcionarios del ACNUR implicados en servicios comunitarios y/o actividades de protección (incluido el reasentamiento) y por entidades socias. Pese a que esta herramienta permite, desde 2012, hacer frente a las vulnerabilidades de las personas ancianas, de los niños y adolescentes, de las mujeres y niñas, y de las personas con discapacidades, debe seguir siendo revisada y ampliada a fin de poder incluir otras poblaciones, como las personas LBTI, los trabajadores sexuales, los hijos de violaciones, las personas indígenas, etc.
Para más información sobre la relación entre la violencia de género y las poblaciones especialmente marginadas, véase Riesgos para las poblaciones especialmente marginadas del apartado.