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Última editado: July 09, 2013

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  • Más allá de las Directrices del IASC sobre la violencia por motivos de género y del marco ERPI del Comité Internacional de Rescate, es fundamental que los encargados de los programas sobre violencia contra las mujeres y las niñas que trabajan en contextos humanitarios incorporen estrategias de programación con repercusiones a largo plazo. Los programas para situaciones de emergencia se diseñan muy a menudo con el fin de subsanar las lagunas inmediatas, dejando de lado los objetivos a largo plazo. Pensar en un marco más amplio (que no se limite a proporcionar una respuesta temprana y articule las prioridades y los objetivos de transición y desarrollo) ayuda a los trabajadores sobre el terreno a desarrollar programas desde una perspectiva más duradera, al mismo tiempo que contribuye a la elaboración de planes de acción nacionales, a la coordinación de estrategias, a la formulación de propuestas para el Proceso de llamamientos y otros mecanismos de financiación, así como a la promoción ante los donantes para garantizar su apoyo a los programas.
  • La esencia del marco estratégico presentado a continuación radica en la idea de que la respuesta a la violencia contra las mujeres y las niñas requiere de estrategias coordinadas, interinstitucionales y multisectoriales que 1) faciliten la reforma de las políticas y la aplicación de la legislación sobre protección; 2) fomenten las capacidades de los sistemas de salud, ayuda psicosocial, justicia y seguridad a fin de reconocer, supervisar y hacer frente a este tipo de violencia; y 3) garanticen servicios rápidos y respetuosos a las sobrevivientes.
  • Asimismo, la respuesta a la violencia contra las mujeres y las niñas implica impulsar un gran cambio social que respalde los derechos humanos de la mujer así como su participación al desarrollo económico y social, en igualdad de condiciones, tanto en situaciones de conflicto como en tiempos de paz. Si bien todas las intervenciones deben mostrar sensibilidad y respecto por la cultura y la tradición, la promoción y protección de los derechos de la mujer suponen necesariamente desafiar los valores sociales normativos que promueven la violencia contra las mujeres y las niñas. Para abordar las causas estructurales de la violencia de forma duradera, las mujeres y las niñas —que en el pasado posiblemente hayan tenido poca representación en la esfera pública— deben contar con el apoyo que les permita participar activamente en cada una de las medidas de protección y promoción de sus derechos (Read-Hamilton).