- Las armas pequeñas son, por lo general, armas diseñadas para uso individual. Entre otras, incluyen los revólveres y pistolas semiautomáticas, fusiles y carabinas, metralletas, fusiles de asalto y ametralladoras ligeras.
- Las armas ligeras son, por lo general, armas diseñadas para que las usen dos o tres personas en equipo, aunque algunas puede llevarlas y utilizarlas una sola persona. Incluyen, entre otras, ametralladoras universales o de propósito general, ametralladoras medianas, ametralladoras pesadas, granadas de fusil, lanzagranadas bajo el cañón y montado, cañones antiaéreos portátiles, cañones antitanque portátiles, fusiles sin retroceso, lanzadores portátiles de sistemas de misiles antitanque, lanzadores portátiles de sistemas de misiles antiaéreos y morteros de calibre inferior a los 100 milímetros.
- La violencia contra la mujer en la familia y en la comunidad y la violencia contra la mujer como resultado de una represión o de un conflicto armado forman parte del mismo ciclo: la mayor parte de los casos de violencia contra la mujer en las sociedades militarizadas y durante los conflictos armados se producen por la manifestación extrema de la discriminación y del abuso al que se enfrentan las mujeres en tiempos de paz. Sea cual sea el contexto o la causa inmediata de la violencia, la presencia de armas pequeñas tiene, invariablemente, el mismo efecto: más armas pequeñas significan mayor riesgo para las mujeres.
- Las armas pueden no ser la causa de la violencia, pero multiplican en gran medida su daño. Cuando las armas de fuego sustituyen a las armas blancas, es más probable que el resultado acabe en muerte. Las armas de fuego, diseñadas específicamente para herir y matar, pueden disparar balas a gran velocidad desde la distancia, a menudo por ráfagas de varias balas por segundo. La presencia de un arma de fuego reduce además la probabilidad de que alguien que pase por la zona acuda a socorrer a la víctima o intente tranquilizar al agresor. Las armas de fuego son baratas, fáciles de transportar y ocultar y de manejo sencillo. Un arma de fuego en casa representa un elevado riesgo de feminicidio, aunque también tiene otros impactos significativos dado que las armas se emplean para amenazar, intimidar, someter y agredir. En muchos contextos es mayor el riesgo al que se exponen las mujeres de ser asesinadas por sus parejas que por extraños.
- Las armas amenazan la seguridad de la mujer, tanto en contextos de conflicto como en tiempos de paz; además de facilitar la trata, la prostitución y la violencia sexual. Las armas se utilizan a menudo para asesinar, amenazar o intimidar a las mujeres en su propio hogar. En muchos países, las armas de fuego legales son las que más se emplean en los casos de homicidios domésticos. Pese a todo, la mayoría de países no incluye la violencia doméstica en sus leyes de posesión de armas, lo que significa que los agresores con antecedentes por violencia doméstica pueden portar armas legalmente.
- Se estima que en el año 2013 circulaban por todo el mundo unos 875 millones de armas pequeñas. Un estudio previo, elaborado en el año 2003 a través de Small Arms Survey mostró que, en líneas generales, el 25 por ciento de esas armas pertenecían a la policía, al ejército y a otras agencias gubernamentales. El arsenal restante, aproximadamente el 75 por ciento de las armas de todo el mundo, están en manos de civiles, lo que hace que el problema de las armas pequeñas tenga difícil solución. La violencia armada está fuertemente relacionada con la identidad masculina, y la posesión de armas se asocia a la virilidad y a la masculinidad. Las armas de fuego se emplean como amenaza que impide a la mujer abandonar a su pareja maltratadora. El hecho de que muchas armas estén en manos civiles representa un incremento en el riesgo para las mujeres.
- Entre los que cometen actos violentos por medio de armas de fuego se encuentran miembros de la policía, del ejército, grupos armados no estatales, amigos, familiares y parejas. Las armas se pueden transportar con facilidad y se pueden utilizar varias veces en diferentes situaciones. Asimismo, su uso legal puede transformarse fácilmente en uno ilegal. Por ejemplo, las armas que se adquieren para fines legales, como la caza, también pueden emplearse para asesinar o amenazar a la mujer en el hogar. A pesar de que las armas de fuego legales son las principales armas empleadas en los homicidios domésticos, las leyes tienden a centrarse en las armas pequeñas ilegales.