- En situaciones de conflicto o posteriores a un conflicto, el personal de seguridad desempeña un papel crucial en la respuesta a los problemas de las víctimas de la violencia. Dicho papel puede incluir: operaciones de rescate, la detención y captura de los agresores, la realización de entrevistas e investigaciones, la realización de interrogatorios forenses y de exámenes medicolegales, la aplicación de las órdenes de protección (cuando proceda) y el registro o comunicación, en condiciones de confidencialidad, de los datos sobre el delito. (Policía Nacional Filipina, Comisión Nacional sobre el Papel de la Mujer Filipina y UNFPA, 2008.) Los servicios prestados como respuesta a denuncias de violencia deben ser sensibles al género desde el principio, para proteger a las víctimas de sufrir más daños y para facilitar la reparación de los crímenes cometidos contra ellas. De este modo se puede prevenir una nueva victimización de las mujeres y las niñas durante la fase de respuesta inmediata a un incidente o durante el proceso de investigación. Una respuesta adecuada puede garantizar que las víctimas reciban la asistencia médica, jurídica y socioeconómica más amplia a la que tienen derecho, así como facilitar el enjuiciamiento de los agresores (adaptado del módulo de Seguridad).
- En situaciones de conflicto o posteriores a conflictos son muchos los problemas que pueden dificultar una labor de policía sensible al género:
- problemas generales de seguridad en la comunidad;
- casos de violencia contra las mujeres y las niñas no denunciados;
- imposibilidad para reunir pruebas adecuadamente;
- problemas para localizar e identificar a los sospechosos;
- falta de seguridad y protección para los testigos y las sobrevivientes;
- testigos hostiles o que se retractan por sufrir acoso;
- debilidad del sector de la justicia;
- sistema de remisión ineficaz a causa de la destrucción o el desplazamiento de las redes y los servicios de apoyo;
- demasiado pocas agentes en el cuerpo de policía (extracto de PNUD/NEPAL, 2010, p. 6).
- A pesar de estos problemas, el personal del sector de la seguridad que desempeña labores policiales en favor de las víctimas de la violencia en situaciones de conflicto o posteriores a conflictos debería plantearse los siguientes enfoques para mejorar la prestación del servicio (adaptado del módulo de Seguridad):
1. Promover respuestas sistemáticas y adecuadas a los incidentes violentos
- Desarrollar directrices, protocolos y procedimientos detallados para orientar a los agentes que reciben la primera llamada de auxilio o que llegan a la escena del incidente.
- Institucionalizar y aplicar sistemáticamente los criterios técnicos y de calidad del servicio en todas las comisarías de policía o unidades de las fuerzas de seguridad que corresponda.
- Adaptar los protocolos y procedimientos al contexto específico y fomentar la apropiación entre sus usuarios o afectados.
- Implementar procedimientos operacionales y códigos de conducta específicos (relacionados con el despliegue y las rutinas de patrulla) para proteger mejor a las mujeres y las niñas.
- Las investigaciones han constatado que las mujeres con determinados rasgos de identidad (por ejemplo, migrantes, pertenecientes a minorías étnicas, etc.) se pueden enfrentar a un mayor grado de discriminación, acoso e incluso violencia por parte de la policía al pedir ayuda. Algunos estados han intentado sensibilizar a los agentes de policía incorporando formación sobre la violencia contra personas especialmente en riesgo.
2. Establecer procedimientos para una investigación y documentación adecuada de los casos de violencia contra las mujeres y las niñas
- Garantizar que las técnicas no degraden ni traumaticen más a las sobrevivientes y que minimicen el grado de intrusión en sus vidas.
- Garantizar que la investigación mantiene unos criterios de reunión de pruebas que puedan contribuir al futuro enjuiciamiento de los casos si la mujer o la niña en cuestión decide proceder por la vía judicial.
3. Garantizar que la respuesta se centra en las sobrevivientes y tiene lugar en un entorno que:
- Promueva la dignidad de la sobreviviente.
- Garantice su seguridad física y emocional.
- No dañe ni culpe a la sobreviviente.
- No minimice lo que ha sufrido ni ponga en cuestión la veracidad de su declaración (Policía de Sierra Leona y Ministerio de Bienestar Social, Género e Infancia, 2008).
4. Reforzar la coordinación en el ámbito de la comunidad como parte de una red multisectorial de remisión
- Desarrollar o volver a desarrollar sistemas de remisión eficaces establecidos mediante la cooperación y la coordinación con otros sectores, ya que estos prestan servicios esenciales para las sobrevivientes de la violencia contra las mujeres y las niñas, como asistencia médica, asesoramiento psicológico, protección y refugio, apoyo socioeconómico y asesoramiento jurídico. Asimismo, los actores del sector de la seguridad deberían coordinarse y colaborar entre sí en sus medidas para evitar la violencia contra las mujeres y las niñas y darle respuesta (adaptado de Bastick et al., 2007). Al decidir qué tipo de remisiones efectuar, es importante considerar:
- La seguridad de las víctimas: ¿qué riesgo corren las víctimas/sobrevivientes? (véanse a continuación: materiales sobre evaluación de riesgos y planificación de seguridad)
- Las preferencias de las víctimas: ¿con qué se sienten cómodas las víctimas/sobrevivientes? ¿Qué tipos de servicios considera la víctima que le serán de ayuda?
- Enjuiciamiento de los culpables: ¿qué intervenciones le ayudarán a llevar al culpable ante la justicia? (Policía de Sierra Leona y Ministerio de Bienestar Social, Género e Infancia, 2008).
5. Mejorar la seguridad y las colaboraciones en la comunidad
- Fortalecer la confianza, la colaboración y el compromiso de la comunidad con los actores de la seguridad; promover y sensibilizar sobre la tolerancia cero ante la violencia contra las mujeres y las niñas mediante la labor policial comunitaria y la coordinación con profesionales de la seguridad no oficial y con mecanismos alternativos.