- A la hora de implementar programas psicosociales para las sobrevivientes de violencia contra las mujeres y las niñas en situaciones de conflicto y posteriores a los conflictos resulta imperativo incluir los siguientes principios fundamentales, que se describen en la Guía del IASC sobre Salud Mental y Apoyo Psicosocial en Emergencias Humanitarias y Catástrofes (adaptado de IASC, 2007, pp. 10-15, a menos que se especifique lo contrario):
1. Humanos derechos e igualdad
- Promover y proteger los derechos humanos de todas las personas, en particular los de grupos vulnerables como las mujeres y las niñas.
- Promover la igualdad y la no discriminación, garantizar que todas las personas afectadas tengan a su disposición servicios de salud mental y apoyo psicosocial, independientemente de su género, edad, religión, origen étnico, etc.
- Aplicar los principios rectores utilizando técnicas centradas en las sobrevivientes para atenderlas. El respeto y la protección de los intereses y las decisiones de las sobrevivientes han de ser una prioridad, y todos los servicios deben velar por que se apliquen los principios de confidencialidad, seguridad, respeto y no discriminación (OMS, 2012).
Principios |
Técnicas centradas en las sobrevivientes |
Garantizar la seguridad física de la o las víctimas o sobrevivientes
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Tener en cuenta la seguridad del sobreviviente:
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Garantizar la confidencialidad
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Garantizar la confidencialidad:
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Respetar los deseos, las necesidades, los derechos y la dignidad de la o las víctimas o sobrevivientes y estudiar qué es mejor para los niños cuando se tomen decisiones sobre el curso de acción más apropiado para prevenir y responder a un incidente de violencia de género
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Respetar los deseos, las necesidades y las capacidades del sobreviviente:
En el caso de los niños, el interés superior del niño ha de ser una consideración primordial y los niños deben poder participar en las decisiones relativas a sus vidas. No obstante, los adultos deben tener en cuenta la edad y las capacidades de los niños para saber qué importancia conceder a sus deseos.
Tratar al sobreviviente con dignidad:
Adoptar una actitud solidaria:
Ofrecer información y controlar las expectativas:
Garantizar la remisión y el acompañamiento:
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Velar por que el sobreviviente no sufra discriminación
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Tratar dignamente al sobreviviente, independientemente de su sexo, raza, origen étnico, orientación sexual, identidad de género, discapacidad, religión o de las circunstancias del incidente.
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Fuente: UNICEF, 2010, Caring for Survivors Training Pack, p. 53.
2. Participación
- Implicar a las comunidades y partes interesadas locales (incluidas las poblaciones vulnerables y las ONG que representan a la comunidad LGBTI, a mujeres con discapacidades, etc.) desde el inicio de cualquier emergencia, en todas las fases de los programas, incluida la evaluación, el diseño, la ejecución, la supervisión y el diagnóstico.
3. No causar daño
- Los programas de salud mental y apoyo psicosocial son muy propensos a causar daño debido a que abordan temas extremadamente sensibles. Por ello, resulta sumamente importante asegurarse de que no produzcan ningún daño.
- Tener en cuenta los posibles efectos adversos durante la planificación de los programas. También es necesario medir y registrar las consecuencias negativas no deliberadas por medio de la supervisión y la evaluación de los programas. Estas consecuencias no deliberadas pueden incluir: problemas culturales, económicos, políticos, psicológicos, sociales y de seguridad (adaptado de OMS, 2012).
- Reducir el riesgo de causar daño de varias maneras, por ejemplo.
- participar en los grupos de coordinación para aprender de los demás, reducir lo más posible las duplicaciones y colmar las lagunas observadas en la respuesta;
- diseñar las intervenciones a partir de información suficiente;
- comprometerse con la evaluación, aceptar los controles y las inspecciones externas;
- desarrollar una sensibilidad cultural así como competencias en las áreas de intervención o trabajo;
- estar al día de las prácticas que han demostrado ser eficaces;
- fomentar la comprensión y la reflexión constante sobre los derechos humanos universales, las relaciones de poder entre las personas ajenas a la situación y las personas afectadas por esta, y sobre el valor de los enfoques participativos.
4. Complementar los recursos y las capacidades disponibles
- Desarrollar las capacidades locales, respaldando las iniciativas de ayuda mutua y reforzando los recursos existentes. Los programas impulsados y ejecutados desde el exterior suelen producir servicios inapropiados de salud mental y apoyo psicosocial y su sostenibilidad es a menudo limitada.
5. Sistemas integrados de apoyo
- Centrar los esfuerzos en servicios independientes que tratan, por ejemplo, a personas con diagnósticos específicos como el trastorno por estrés postraumático, puede conducir a la fragmentación del sistema de atención. Para evitar que esto suceda, es necesario asegurarse de que las intervenciones y los programas estén lo más integrados posible.
- Integrar los programas y las actividades de apoyo psicosocial en sistemas más amplios, por ejemplo: los mecanismos comunitarios de apoyo existentes, los sistemas educativos formales y no formales, los servicios generales de salud, los servicios generales de salud mental, los servicios sociales, etc. así como otros servicios y redes de apoyo comunitario que abordan la violencia contra las mujeres y las niñas, como: la salud reproductiva, la atención prenatal, la alimentación de los lactantes y niños de corta edad, la protección de los niños, las iniciativas de microfinanciación y los mecanismos comunitarios de apoyo existentes, entre otros, los grupos de apoyo a las mujeres (adaptado de OMS, 2012). Esto hará que los programas de apoyo psicosocial lleguen a una población más numerosa y resulten en una menor estigmatización de las víctimas. La experiencia también ha demostrado que la integración produce programas más sostenibles.
6. Apoyos a diversos niveles
- En contextos humanitarios de conflicto y posteriores a los conflictos, las personas resultan afectadas de diferentes maneras y requieren diferentes tipos de apoyo.
- Organizar programas de respuesta de salud mental y apoyo psicosocial gracias al desarrollo de un sistema en múltiples niveles de servicios complementarios (p. ej., servicios básicos para las mujeres y los niños, como la alimentación) que satisfagan las necesidades particulares de grupos diferentes
7. Servicios que no estigmatizan
- Implementar programas de salud mental y apoyo psicosocial que incluyan a las sobrevivientes de la violencia contra las mujeres y las niñas, sin que vayan específicamente dirigidos a dicho grupo. Orientar los programas específicamente a las sobrevivientes puede crear problemas adicionales para estas mujeres y niñas como la estigmatización, la discriminación y la violencia (adaptado de OMS, 2012).