La naturaleza de las intervenciones de salud debe evolucionar a medida que se desarrollan las capacidades. Una vez superada la fase inicial de la emergencia, se pueden proporcionar servicios más completos:
Extracto de UNFPA, 2012, Gestión de Programas contra la Violencia de Género en Situaciones de Emergencia: Guía Complementaria de Aprendizaje Virtual, p. 82.
- La fase posterior a una emergencia ofrece la oportunidad de ampliar la prestación de servicios, aumentar la calidad y disponibilidad de estos y mejorar las políticas y directrices relacionadas con el problema de la violencia contra las mujeres y las niñas en el sector de la salud. Las Directrices del IASC sobre la violencia por motivos de género recomiendan llevar a cabo las siguientes acciones en la fase posterior a una emergencia:
- Ampliar la atención médica a los sobrevivientes
- Establecer o mejorar los protocolos de recogida de pruebas medicolegales
- Integrar el tratamiento médico de la violencia contra las mujeres y las niñas en las estructuras de los sistemas de salud, las políticas, los programas y los planes de estudio nacionales
- Impartir formación permanente y supervisión de apoyo al personal sanitario
- Evaluar periódicamente la atención (IASC, 2005)
- A continuación se presentan dos posibles enfoques para mejorar la respuesta del sector de la salud en la fase posterior al conflicto/recuperación: los centros de atención integral y el despistaje.