La promoción institucional que ofrecen los refugios responde a los múltiples obstáculos institucionales que enfrentan las mujeres, incluidos los religiosos, de bienestar social, médicos, de salud mental, apoyo a los ingresos, protección infantil, educación infantil, y sistemas de justicia civil y penal. Dichos esfuerzos también contribuyen a influenciar los cambios sociales que reducen la discriminación y las barreras que enfrentan las mujeres y niñas para obtener beneficios cuando solicitan asistencia. Por ejemplo:
- Pueden no cumplir con los criterios fijados para acceder a ciertos servicios (por ej. vivienda, subsidios social, atención médica, etc.).
- Su estado migratorio o sus derechos de residencia pueden no ser claros.
- Puede suceder que no califiquen para recibir servicios gratuitos o subsidios (si los registros o el ingreso familiar son más altos que el monto máximo), pero no puedan pagar los servicios por su propia cuenta.
- Pueden tener una mala relación con el proveedor del servicio debido a interacciones anteriores.
- Pueden tener temor de llamar para solicitar ayuda (Dozois, 2007; Bennett, et. al., 2004; Thelen, 2000).
Cuando participan en respuestas comunitarias coordinadas, los refugios pueden informar a representantes de instituciones y llevar a cabo acciones de promoción para lograr respuestas que cubran las necesidades de las víctimas. Los refugios desempeñan una función importante, incluso central, en la coordinación institucional para mujeres que huyen de situaciones de violencia. Apoyar y defender eficazmente a las mujeres en el contexto del refugio implica asistirlas para que accedan a sus derechos y reciban servicios adecuados de varias instituciones. Los refugios normalmente involucran a todo el espectro de instituciones relevantes, incluidas las de salud, legales, financieras, vivienda, educación, servicios infantiles y sociales.
La promoción institucional proviene de las prácticas de promoción individual en las que los defensores ayudaron a las mujeres con la tramitación de varios servicios sociales, comunitarios, de supervisión legal, judiciales y de salud. Con el correr del tiempo, los esfuerzos de promoción individual han puesto en relieve los obstáculos institucionales que enfrentan las mujeres víctimas de violencia, lo cual también atrajo la atención hacia las respuestas comunitarias coordinadas y la promoción institucional (Thelen, 2000).
En algunos contextos, la promoción institucional ha contribuido a que las mujeres tengan mejor acceso a sus derechos y protección, incluidos:
- Exenciones y excepciones de los requisitos laborales para mujeres maltratadas, cuando solicitan beneficios de asistencia social.
- Colaboración y desarrollo de protocolos entre promotoras e instituciones de bienestar infantil para evitar que los agresores usen a los(las) niños(as) para castigar o coaccionar a sus parejas.
- Acceso acelerado a servicios en situaciones de crisis.
- Pago único que hace los servicios sociales u otros programas estatales para comprar ropa o artículos personales.
- Reducción de la terapia de pareja o mediación en casos de maltrato doméstico.
- Despistaje de rutina para la violencia doméstica en centros de emergencia médica y hospitales.
- Implementación de leyes que:
- Prohíben la violencia contra la pareja.
- Confieren potestad a la policía para arrestar a los agresores si existe motivo fundado, en lugar de requerir que la policía haya presenciado la violencia.
- Permiten el uso de medidas cautelares civiles para brindar protección inmediata contra el maltrato.
- Facilitan el arresto obligatorio del agresor primario, lo cual libera a la víctima de la responsabilidad del arresto (Thelen, 2000).
La participación del refugio en las respuestas comunitarias coordinadas puede contribuir a:
- El desarrollo de respuestas institucionales a la violencia sensibles, informadas y mejoradas (National Advisory Council on Violence Against Women, et. al., 2009). Por ejemplo, en respuesta a la información tratada en reuniones interagenciales, tales como los resultados del monitoreo institucional de las llamadas que recibe la policía, los refugios pueden hacer aportes y dirigir el desarrollo, evaluación y revisión de políticas y protocolos para responder a esos llamados.
- Estándares de apoyo y asistencia individual, tales como procesos y protocolos que aseguren el acceso de las mujeres a promotoras individuales cuando recién toman contacto con el sistema legal u otros sistemas (por ej. salud). Los representantes de refugios pueden educar a otros proveedores de servicios y promover la obligatoriedad de las derivaciones a servicios de acercamiento o in situ (Thelen, 2000).
- Mayor capacidad de respuesta de distintos servicios institucionalizados, incluida la expansión de la disponibilidad y accesibilidad de los servicios en los ámbitos de bienestar social, vivienda, educación, empleo, atención médica y promoción jurídica, servicios para mujeres que no están alojadas en refugios, vivienda tradicional, y servicios de seguimiento para mujeres en los refugios y sus hijas(os).
- Mejores relaciones colaborativas y servicios prestados por otros proveedores de servicios directos en la comunidad.
- Oportunidades de capacitación transversal en los distintos sectores involucrados, lo cual puede aumentar la sensibilidad y eficacia de todos los proveedores.
- Servicios mejorados e informados por el monitoreo y el seguimiento de las respuestas de los refugios, la justicia penal y civil, la atención médica, el bienestar social, y otros sistemas institucionales, que puede servir para informar los resultados positivos y negativos a la comunidad y otras partes interesadas (National Advisory Council on Violence Against Women, et. al., 2009).
Esta ilustración muestra los sistemas institucionales y servicios con los cuales interaccionan las mujeres maltratadas. Incluye la función central que desempeñan los servicios de refugio.