Riesgo de agresión reiterada

Mediante diferentes instrumentos se han identificado indicadores de futura violencia doméstica: (Logar, et. al., 2006 Parte II):

• Violencia anterior contra la pareja y niños(as) o familiares.

• Las mujeres que están en vías de separarse o se han separado recientemente de sus parejas corren mucho más riesgo de sufrir maltrato en el futuro. La mayoría de los incidentes de violencia graves y fatales ocurren cuando las mujeres intentan dejar la relación abusiva, especialmente dentro de los tres primeros meses de su partida.

• Los hombres que han ejercido actos de violencia graves y frecuentes son especialmente propensos a reincidir.

• Los hombres que han ejercido violencia contra sus ex parejas u otros familiares suelen ser violentos con sus siguientes parejas.

• Actos de violencia fuera de la familia. La mayoría de los perpetradores cometen maltrato solo dentro de la familia. Sin embargo, cuando la violencia también ocurre fuera de la familia, hay más tendencia al uso de violencia en el hogar.

• La posesión y uso de armas aumenta el riesgo de actos de violencia armada. El riesgo es especialmente alto si el individuo ha usado tales armas durante actos de violencia anteriores, o ha amenazado con usar armas anteriormente.

• Consumo excesivo de alcohol y drogas.

• Amenazas (incluidas amenazas generales de intención de hacer daño y amenazas de muerte o coerción). La violencia grave suele ser precedida por amenazas, lo cual las convierte en un importante indicador de riesgo.

• Amenazas de suicidio, y depresión. Los pensamientos suicidas y la depresión alteran aún más a los agresores, y aumentan su riesgo de cometer violencia.

• Las actitudes extremadamente patriarcales, incluidas las creencias y expectativas que limitan la autodeterminación y autonomía de las mujeres y las niñas. El riesgo es especialmente alto cuando prevalecen creencias y prácticas rígidas relacionadas con la sexualidad y el “honor”, y las mujeres y niñas pueden ser objeto de violencia si no acatan esas prácticas o se percibe que deshonran a la familia. Por ejemplo, los agresores que matan o lesionan gravemente a sus mujeres suelen ser muy posesivos y celosos. Ven a otros hombres como rivales y son controladores con su pareja.

• Persecución, terror psicológico, acecho. Los golpeadores que no aceptan la separación de su pareja pueden tratar de impedirlo persiguiéndola, aterrorizándola o acechándola. Esta conducta indica riesgo de futuros actos de violencia que pueden continuar durante años después de la separación.

• El incumplimiento de las órdenes de alejamiento u órdenes cautelares demuestra reticencia de asumir responsabilidad por la violencia y cambiar la conducta, lo cual representa un riesgo de reiteración de la violencia.

Se han desarrollado evaluaciones de los riesgos focalizadas en la probabilidad de que un perpetrador reincida, pero las suelen usar la policía u oficiales de libertad vigilada para orientar su trabajo con los perpetradores. No se suelen realizar en los refugios, a menos que el refugio incluya tratamiento para hombres violentos.