La meta principal de la mayoría de los refugios es mantener la seguridad de las mujeres y sus hijas(os) en la actualidad y en el futuro. Se logra trabajando con las mujeres para evaluar su nivel de riesgo de reiteración de la violencia o de muerte y ayudarlas, con intervenciones de planificación de la seguridad, a identificar sus opciones para mantenerse a salvo.
Las evaluaciones de los riesgos pueden ayudar a las mujeres a tomar conciencia y reflexionar sobre los factores específicos que amenazan su seguridad y el nivel general de riesgo de sufrir violencia en el futuro. Se trata de una actividad fundamental para garantizar la seguridad de las mujeres en el corto y mediano plazo y debe ser realizada varias veces durante su estadía en un refugio:
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La evaluación inicial de los riesgos se debe completar durante la primera etapa después de la llegada de cada mujer al refugio. Las preguntas que se formulan en la evaluación variarán dependiendo de la forma de violencia de que se trate. En mucho refugios se usa una herramienta de evaluación de los riesgos para entender el alcance de algunos factores específicos que ponen a la mujer (o niña si corresponde) en riesgo. En situaciones de trata de personas, esta evaluación inicial puede ser una revisión genérica de la situación de la mujer y las medidas de protección y las circunstancias generales de la trata en el país.
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La evaluación continua de los riesgos, es importante dadas las circunstancias cambiantes de una mujer, y se realiza al menos cada tres meses o preferentemente una vez al mes. Durante los períodos de alto riesgo puede ser necesario revisar las evaluaciones semanal o diariamente (Organización Internacional para las Migraciones, 2007).
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Las evaluaciones de los riesgos específicos son necesarias para responder a determinados sucesos o circunstancias que representan una amenaza según los riesgos específicos que fueron identificados para la mujer. Por ejemplo, las mujeres y los niños/as pueden estar expuestos a mayores riesgos cuando se van del refugio, y deben considerar estos factores cuidadosamente cuando planifican su transición a la comunidad.
Las consideraciones para realizar evaluaciones de los riesgos incluyen:
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Las mujeres son fundamentales para evaluar su propio nivel de riesgo, lo cual es importante para empoderarlas y proporcionarles un indicador importante del riesgo de reiteración de la violencia doméstica.
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Se debe informar al personal del refugio sobre los factores de riesgo correspondientes a la forma de violencia que sufre la mujer o niña (por ej. entre los factores de riesgo generales de las distintas formas de violencia contra las mujeres: riesgo de violencia domestica recurrente, muerte o asesinato de la pareja, reiteración de la trata;).
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La evaluación de los riesgos que realizan los profesionales y las propias mujeres no siempre es exacta. Algunas investigaciones indican que muchas mujeres que fueron asesinadas, o casi las asesinan, no pensaron que su pareja era capaz de matar. Esto sugiere que la evaluación de las mujeres de sus propios riesgos solo debe ser usada como un indicador del riesgo de abuso continuo, progresivo y de feminicidio.
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Las herramientas de evaluación de los riesgos son valiosas para entender los riesgos de que se repitan los actos de violencia, aunque ningún enfoque o herramienta de evaluación de los riesgos es totalmente infalible para predecir la violencia. Es importante tener cautela cuando se utilizan, ya que la mayoría de las herramientas se han investigado muy poco. No se debe usar una sola herramienta o proceso para predecir el nivel de riesgo de una mujer o niña, sino que se debe incorporar a otras fuentes de información sobre la mujer (por ej. información de registro, evaluación de diferentes proveedores de servicios, policía o documentos judiciales, etc.) para promover la seguridad de la mujer con eficacia.
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Las herramientas de evaluación de los riesgos nunca se deben usar para minimizar las impresiones de una mujer sobre su nivel de riesgo, aún si el puntaje está por debajo de su percepción. Es peligroso usar evaluaciones de los riesgos que son inconsistentes con la percepción de la mujer y no se deben usar solas para determinar su verdadero riesgo. Es esencial que la percepción de la mujer sobre su riesgo se considere como factor importante en la evaluación general de los riesgos, sin importar lo que indique una herramienta de riesgos.
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Cuando haya mujeres que han sido identificadas como en alto riesgo, se debe tener cuidado de no descuidar la asistencia de aquellas que han sido evaluadas como en menor riesgo. Se debe proporcionar apoyo adecuado a todas las mujeres en riesgo.
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El personal debe recibir capacitación específica y supervisión para realizar evaluaciones y asegurar que el proceso se implemente correcta y eficazmente, y entender y responder apropiadamente a los distintos niveles de riesgo de las mujeres.
(Campbell, Webster & Glass, 2009; WAVE, 2010; Gondolf, 2002 citado en WAVE, 2010; Organización Internacional para las Migraciones, 2007)
Antes de comenzar la evaluación, y al obtener consentimiento informado para iniciar el proceso, el personal debe informar a la mujer cuánto se estima que durará la evaluación, y revisar el concepto de riesgo con ella recordándole por qué se le hacen las preguntas (Richards, 2009). La evaluación de los riesgos debe seguir un proceso consistente y estandarizado basado en indicadores de riesgo conocidos. Se han desarrollado una variedad de herramientas y procesos que proporcionan una guía detallada de cómo implementar las prácticas de evaluación de riesgos. Una vez finalizada la evaluación, se deben comentar los resultados con la mujer con mucha sensibilidad, tomando en cuenta el posible impacto de revelarle que corre grave riesgo de daño o feminicidio.
Cuando comparte los resultados, el personal del refugio debe:
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Exponer claramente los puntos de inquietud específicos, proporcionando las respuestas que dio la mujer y la correspondiente opinión profesional sobre el riesgo basada en los factores de riesgo conocidos.
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Explicar los próximos pasos (por ej. planificación de la seguridad, derivaciones a otros recursos, etc.).
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En los casos de “violencia por honor”, describir los sistemas en marcha para asegurar que no se contactará ni informará a los miembros de la familia (Richards, 2009; CAADA, 2009).
La información recogida mediante la evaluación de los riesgos (genérica y específica) debe emplearse para desarrollar un plan de seguirdad que considere todas las áreas de riesgo identificadas.
La evaluación de los riesgos en los casos de violencia doméstica puede examinar la probabilidad de reiteración del maltrato o el riesgo de muerte.