Las experiencias de las mujeres con la violencia están moldeadas por la intersección de su género con otras identidades tales como raza, orientación sexual y clase, así como sus circunstancias en cuanto a la edad, estado legal, capacidades físicas y cognitivas, entre otros factores.
Las mujeres son parte de más de una comunidad y un colectivo, y vivencian aspectos tanto de opresión como de privilegio dentro de esas comunidades. Reconocer las circunstancias y la posición única de cada mujer ayudará a proporcionarle el mejor apoyo dentro del refugio.
La accesibilidad es un aspecto crucial de la seguridad y protección, y los refugios deben trabajar junto con mujeres de una variedad de comunidades y con distintos antecedentes (incluidas sobrevivientes), para analizar las intersecciones de esas identidades, y entender cómo se unen para influenciar las experiencias de discriminación y el abuso de las mujeres.
La accesibilidad de los refugios y sus servicios se pueden promover de las siguientes maneras:
- Consultar con las mujeres sobre las barreras que les impiden o las desaniman a acceder a los servicios (por ej. temor a la discriminación y el rechazo; aislamiento geográfico; problemas de transporte; discapacidades; falta de información; y otros factores). Esto es crucial para incorporar flexibilidad a la programación para asegurar que todas las mujeres (y siempre que sea posible, las niñas) se beneficien de los servicios.
- Brindar servicios las 24 horas, 7 días a la semana, para que las mujeres en crisis puedan acceder a protección y apoyo en todo momento.
- Permitir que las mujeres permanezcan en el refugio y reciban protección y asistencia el tiempo necesario para tomar decisiones, sobreponerse a los efectos de la violencia y optar por mudarse a una nueva casa o comunidad. En muchos entornos esto puede no ser posible debido a las restricciones presupuestarias y a la demanda de servicios de refugio de emergencia, por lo tanto se pueden proporcionar varios modelos de refugio complementario (por ej. albergues transitorios y otro tipo de alojamiento) para asegurar suficiente protección durante períodos de tiempo más largos.
- Proporcionar servicios gratuitos con el fin de evitar que las dificultades económicas sean una barrera para que las mujeres accedan a la protección y asistencia
- Diseñar los edificios y los servicios para atender a grupos de mujeres diversos, con especial atención a sus circunstancias y necesidades específicas, relacionadas con:
- La forma de violencia – física, psicológica, agresión sexual/violación, trata de personas, violencia de pareja, económica, mutilación genital femenina, delitos por “honor”, entre otras.
- Las consecuencias – daño físico, aflicción psicológica, inconvenientes económicos, problemas de custodia infantil, y alejamiento de la familia y amigos entre otras
- Entornos de abuso – hogar, espacio público, conflicto, humanitario, institucional (incluidas las escuelas)
- Relación con el(los) perpetrador(es) – familiar, cónyuge, figura de autoridad, empleador
- Múltiples experiencias de violencia – episodios únicos o recurrentes, cantidad de perpetradores, varias formas de violencia
- Momento en que ocurre – abuso reciente, riesgo de violencia inminente
- Intersección de factores/ marginación relacionada con – idioma, capacidades físicas y cognitivas, clase, raza, etnia, estatus legal, edad y orientación sexual
- Redes de apoyo – familia, comunidad y otros factores de protección (WAVE, 2004a, b).