La presencia y el alcance de los servicios que prestan los refugios varía enormemente entre regiones y comunidades. Los modelos de refugio están fuertemente influenciados por la disponibilidad y el nivel de financiación que reciben (ya sea del estado o donantes externos), así como la sostenibilidad de la financiación. Un refugio para mujeres normalmente está definido por:
- Metas específicas relacionadas con la protección y seguridad, empoderamiento y cambio social.
- Grupos meta de mujeres claramente definidos. Aunque generalmente se los asocia con la violencia de pareja, los refugios también ofrecen alojamiento seguro y servicios para mujeres (y posiblemente niñas) que escapan de otras formas de violencia: física, emocional, sexual y económica. Esto puede incluir el abuso cometido por un miembro de la familia (por ej. en casos de delitos por honor, abuso sexual, matrimonio forzado, mutilación genital femenina); u otros perpetradores (por ej. en casos de agresión sexual, violación, violencia en grupo, explotación sexual y trata de personas dentro y fuera de fronteras nacionales). Los refugios también pueden ofrecer apoyo a los hijos e hijas de las mujeres que solicitan asistencia.
- Principios operativos que rigen la forma como los refugios brindan apoyo y servicios a las sobrevivientes e interaccionan con la comunidad.
- Personal dedicado a prestar servicios de apoyo especializados, ofrecer mayor seguridad, tomar medidas de seguridad y planificar (Erturk, 2008; Mujeres contra la violencia en Europe, 2004).
En general, el alojamiento en refugios se puede dividir en las siguientes categorías:
- Refugios de emergencia (para una primera etapa), proporcionan alojamiento seguro por un plazo entre corto y mediano, y apoyo emocional para mujeres que ingresan con o sin hijos o hijas dependientes, desde pocos días hasta pocos meses. Además de estos servicios básicos, los servicios pueden incluir transporte y provisión de enseres domésticos/personales, así como apoyo más extenso, incluido asesoramiento, derivaciones, promoción individual ante órganos comunitarios y proveedores de servicios, apoyo telefónico directo, planificación de la seguridad, programas para niños y niñas afectados y seguimiento a ex alojadas.
- Albergue transitorio/segunda etapa ofrece alojamiento a más largo plazo; entre seis meses y un año, además de servicios de apoyo y derivación para asistir a las mujeres y sus familias en la transición de un refugio de emergencia a un hogar permanente. Siempre que sea posible, las unidades tendrán medidas de seguridad más estrictas tales como puertas y ventanas trancadas, sistema de alarma o de respuesta; y pueden ofrecer servicios anónimos y confidenciales (tales como apoyo emocional continuo para las residentes, incluido el apoyo a través de grupos de mujeres y niños).
- Vivienda de tercera etapa se le puede facilitar a mujeres que ya han completado la segunda etapa pero aún necesitan vivienda subsidiada y apoyo en su comunidad. Este modelo puede presentarse en varias formas y convertirse en vivienda permanente para algunas sobrevivientes o se las puede derivar a otras opciones de vivienda especializada para atender sus necesidades específicas (por ej. discapacidades, abuso de sustancias, enfermedad mental). Como las unidades de vivienda pueden ser parte de un sistema de vivienda público/social de la comunidad, pueden carecer de medidas de seguridad estrictas, pero se suele ofrecer apoyo emocional continuo (es decir servicios de seguimiento prestados por el personal/promotores o apoyo proveniente de recursos comunitarios y disponible a través de iniciativas de vivienda (Tutty, et al. 2009b).
Otras alternativas de albergue son:
- Hogares seguros o redes: son espacios en residencias privadas que miembros de la comunidad ofrecen en caso de emergencia y en forma temporaria (1-7 días), debido a los múltiples riesgos y la complejidad de alojar a las mujeres en los hogares comunitarios. Son más frecuentes en áreas rurales o remotas donde no existen refugios. Algunas comunidades también han creado una red de hogares privados y, si es posible, los hogares seguros se vinculan a un refugio u organización que apoya a sobrevivientes. De esa forma las mujeres tienen acceso a una gama más amplia de servicios, y les permite consultar con profesionales especializados en el tema. (Tutty, et. al., 2009; Hightower & Smith, 2006; Smith & Hightower, 2005).
- Espacios seguros de emergencia: se pueden instalar en una variedad de lugares (por ej. hoteles, hospitales/centros médicos, instituciones religiosas-iglesias, mezquitas, templos, etc., o espacios disponibles en organizaciones comunitarias y negocios), y también proporcionan protección física y alojamiento temporario a las mujeres. Deben vincularse con servicios de apoyo más completos y a largo plazo.
- Alojamiento privado confidencial: tales como viviendas comunitarias (por ej. apartamentos) con medidas de seguridad. Se trata de un modelo que suele emplearse para mujeres sobrevivientes de la trata de personas o mujeres con necesidades de seguridad especiales. Ofrecen apartamentos o casas descentralizadas, flexibles y secretas en lugar de un espacio central, con el fin de proteger a las mujeres de represalias o más violencia del perpetrador (por ej. redes de crimen organizado, miembros de la familia). Una vez que se han implementado los estándares y sistemas de seguridad, el apartamento en cuestión es utilizado por las mujeres que lo necesiten o queda vacante durante un período de tiempo para preservar la confidencialidad de su ubicación. (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa & Oficina de Instituciones Democráticas y de Derechos Humanos, 2004).
- Programas de santuario: instalan medidas de seguridad en el hogar de la mujer y alejan al perpetrador. Sirven de alternativa en algunos casos de violencia doméstica, y permiten que la mujer permanezca en su hogar en lugar de buscar seguridad en otra vivienda. Al igual que los hogares o redes seguras, esta opción solo es posible en ciertas circunstancias (por ej. cuando hay bajo riesgo de violencia letal; existe fuerte presencia policial para controlar las órdenes de protección), habida cuenta de los riesgos de permanecer en su hogar.