Independientemente del contexto, el tema y la estrategia de la campaña, toda campaña sobre la VCM debe basarse en la comprensión de que la violencia contra las mujeres y niñas (VCM) es una violación de los derechos humanos arraigada en los desequilibrios de poder entre mujeres y hombres y que contribuye a estos. Esto significa que tolerar o hacer caso omiso de la VCM alentará la impunidad, así como nuevas desigualdades entre hombres y mujeres, y la persistencia de la discriminación contra las mujeres y niñas.
Es preciso hacer un análisis cuidadoso de la dinámica social en que se fundamentan los papeles de las mujeres y los hombres en el contexto de la campaña para comprender cuáles desigualdades de género deben abordarse para afrontar las causas profundas de la violencia. Las cuestiones de la discriminación múltiple, por ejemplo las que se relacionan con la edad, la capacidad física o la ascendencia, deben reconocerse y abordarse. Sírvase remitirse a las secciones Adoptar un enfoque de derechos humanos y Asegurar la sensibilidad al género en Principios básicos de programación.
No es necesario que todos los participantes en la campaña dominen la terminología de género y derechos humanos, aunque todos los organizadores de la campaña deberían comprender y hacer suyo el hecho de que la VCM no es un asunto privado, una tradición sacrosanta, una parte normal de la lucha o una carga habitual que las mujeres deben tolerar.
La investigación de cuestiones relativas a la campaña podría revelar que las mujeres también cometen actos de violencia contra mujeres: por ejemplo la trata de personas con fines sexuales, los ritos de mutilación y ablación genital en niñas, o cuando no denuncian el abuso sexual de niñas perpetrado por familiares. El análisis de género contribuye a establecer las dimensiones de estos casos, para demostrar que no se trata solo de casos aislados o actos delictivos individuales, sino que son sistémicos y están basados en la posición subordinada que ocupan las mujeres en la sociedad. Los organizadores de campañas de VCM deben tener conciencia de la violencia estructural, es decir la opresión de las mujeres y niñas inherente a muchos aspectos de la vida en sociedad. Véase Causas, factores de riesgo y de protección en Principios básicos de programación.